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QUIRÓNSALUD

Urgencias médicas en verano: cómo prevenir y tratar los problemas de salud estacionales

El hospital Quirónsalud de Valencia advierte de las principales patologías y ofrece recomendaciones para disfrutar de un verano seguro y sin contratiempos de salud

Jueves, 1 de agosto 2024, 00:33

El verano trae consigo días más largos y la oportunidad de disfrutar de actividades al aire libre, pero también es una temporada en la que se incrementan las urgencias sanitarias debido a las altas temperaturas ambientales, el mayor nivel de exposición al sol, o el aumento de desplazamientos pueden ocasionar problemas médicos si no se adoptan medidas de prevención. En Valencia, el hospital Quirónsalud destaca como un referente en la atención integral y especializada para enfrentar estos desafíos estacionales. Conocer cuáles son los problemas de salud más recurrentes y cómo prevenirlos es esencial para garantizar un verano seguro y saludable.

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El golpe de calor es sin duda uno de los problemas más complejos, pues tiene síntomas comunes que a veces no son detectados por la población. «Esto ocurre cuando el cuerpo no es capaz de regular su temperatura frente a la exterior, lo que provoca un aumento rápido de la misma. Los síntomas incluyen alta temperatura corporal, piel roja y caliente, pulso acelerado, dolor de cabeza, mareos, náuseas y confusión», explica la doctora Mayte Resta, coordinadora del Servicio de Urgencias de Quirónsalud Valencia. La manera de prevenirlo es «principalmente, mantenerse hidratado, evitar la exposición prolongada al sol, en especial en las horas centrales del día, evitar el consumo de bebidas alcohólicas durante la exposición solar, usar ropa ligera y de colores claros, y buscar siempre lugares frescos y sombreados. En caso de sufrir síntomas compatibles con un golpe de calor, aturdimiento o temperatura corporal elevada, es crucial iniciar la hidratación abundante con agua, intentar enfriar el cuerpo con agua fría o compresas, sin sumergir al paciente en piscinas o mar, y buscar atención médica de inmediato», añade la doctora Resta.

La deshidratación es otra urgencia común en verano, especialmente en niños y ancianos. Esta se produce porque en el proceso de regulación de la temperatura el cuerpo evapora agua a través de la piel para intentar mantener una temperatura fisiológica del organismo independiente a la temperatura exterior. Sus síntomas son sed extrema, que en el caso de los ancianos y niños pequeños no siempre se manifiesta, boca seca, orina concentrada (menos clara de lo habitual) y escasa, fatiga, mareos y confusión. Para prevenirla, se debe beber suficiente agua, más de la que se bebe habitualmente en los meses de menos calor, y evitar el alcohol y la cafeína. Si se da un caso de deshidratación, es importante tomar agua o bebidas deportivas y descansar en un lugar fresco. En casos graves, se debe buscar atención médica.

Quemaduras solares

La exposición al sol sin utilizar protección adecuada puede causar quemaduras solares. Se manifiestan con enrojecimiento de la piel, dolor, ampollas y descamación. En su prevención, «es fundamental usar productos con un factor de protección (FP) elevado y resistentes al agua y al sudor. La primera aplicación debe ser al menos una hora antes de la exposición solar y se deben aplicar cada dos horas. También es importante utilizar sombreros o gorras que cubran la cabeza y la piel de la cara, que es la más sensible», recomienda la doctora Mayte Resta. Si se sufren quemaduras solares, se deben aplicar cremas o lociones hidratantes con efecto calmante, como aloe vera, beber agua y mantenerse a la sombra.

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Las altas temperaturas afectan también a la calidad de los alimentos, y muchos requieren de unas condiciones de conservación específicas para evitar su deterioro. El consumo de productos en mal estado conlleva a toxi-infecciones gastrointestinales. Según explica la coordinadora del Servicio de Urgencias de Quirónsalud, «los síntomas pueden incluir diarrea, vómitos, dolor abdominal y fiebre. Para prevenirlas, es crucial consumir alimentos cocinados en su totalidad, conservados en las condiciones adecuadas, evitar productos de procedencia incierta y lavarse las manos con frecuencia». En caso de infección, la hidratación es esencial junto con una dieta blanda, y en situaciones en que no se consiga tolerancia oral, se debe acudir al médico.

Por su lado, las picaduras y mordeduras de insectos, como mosquitos, avispas y abejas, son comunes en los meses más calurosos del año y pueden causar hinchazón, enrojecimiento, dolor y picazón. En casos graves, pueden desencadenar reacciones alérgicas con dificultad para respirar e inflamación. Para prevenirlas, es importante usar repelente de insectos, ropa de manga larga y evitar áreas con muchos insectos. En caso de que una persona presente picaduras, se debe limpiar la zona afectada, aplicar hielo y se pueden utilizar cremas antihistamínicas. Si se manifiesta una reacción alérgica grave, se debe buscar atención médica de inmediato.

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La inmersión en piscinas y el mar puede provocar otitis externa, una de las consultas más frecuentes en las urgencias médicas. Para prevenir este tipo de infecciones, «es importante mantener los oídos secos tras la inmersión, si se tienen otitis de repetición utilizar tapones adecuados y no sumergir la cabeza si hay algún problema de integridad del tímpano», según describe la doctora Mayte Resta.

Enfermedades crónicas

Las altas temperaturas del verano también pueden poner en riesgo a personas con enfermedades crónicas. Las enfermedades cardiovasculares crónicas, por ejemplo, pueden agravarse por los cambios en el volumen plasmático, especialmente en aquellos con antecedentes de insuficiencia cardíaca y los pacientes polimedicados que tienden a regular con más dificultad su tensión arterial. En concreto, los hipertensos y los ancianos son particularmente vulnerables a los descensos bruscos de la presión arterial al pasar de una posición tumbada a una erguida, según cuentan desde Quirónsalud.

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Lesiones deportivas

Muchos veraneantes disfrutan de los meses más calurosos del año practicando deportes acuáticos como el surf, paddle surf y windsurf. Estas actividades aumentan el riesgo de lesiones. Entre las más comunes se encuentran los traumatismos de rodilla, a menudo causados por giros forzados o caídas, que afectan a los ligamentos intraarticulares y extraarticulares, como el cruzado anterior y el colateral interno. Las lesiones de hombro, como la tendinitis del manguito rotador, suelen ocurrir debido a la remada repetitiva. Las heridas y laceraciones causadas por golpes contra la tabla, las quillas o el fondo del mar, tienen un mayor riesgo de infección debido al contacto prolongado con el agua salada.

También son frecuentes los hematomas que aparecen tras caídas o golpes, y los esguinces de tobillo, distensiones de ligamentos, luxaciones, latigazos cervicales, contracturas y fracturas por movimientos bruscos. Para prevenir estas lesiones, es fundamental realizar un calentamiento adecuado, mantener una buena técnica, y hacer estiramientos después de la práctica deportiva. Mantenerse en buena forma física y buscar atención médica ante cualquier dolencia también es crucial para asegurar una recuperación adecuada.

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Por su lado, en los deportes de raqueta como el tenis, el pádel y el ping pong, los traumatismos por repetición son comunes en estas modalidades. Entre las lesiones más frecuentes se encuentran la epicondilitis lateral o codo de tenista, la medial o codo de golfista, la tendinopatía del manguito rotador y los traumatismos en las muñecas, manos y pies. El codo de tenista se caracteriza por la inflamación de los tendones extensores del antebrazo, y el codo de golfista afecta a los flexores. En la muñeca, las lesiones del ligamento escafolunar y el síndrome del túnel carpiano pueden causar dolor y debilidad en la mano.

En las extremidades inferiores, son comunes las roturas musculares, los esguinces de tobillo, las ampollas por la fricción de los zapatos y la fascitis plantar debida al cambio de calzado. Para prevenir estas afecciones, es esencial fortalecer los músculos, mejorar la flexibilidad y estabilidad articular, y adoptar una técnica adecuada.

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Desplazamientos

El aumento de los desplazamientos en verano también incrementa el riesgo de accidentes de tráfico, con lesiones que pueden variar desde el latigazo cervical hasta contusiones dorsales y lumbares. La valoración e instauración de un tratamiento precoz es esencial para minimizar las secuelas físicas. Como aconseja la doctora Mayte Resta «desde el punto de vista médico es imprescindible que todo paciente implicado en un accidente de tráfico acuda a una valoración médica urgente, sea cual sea la gravedad que presenten sus lesiones».

El hospital Quirónsalud de Valencia ofrece un servicio integral y gratuito para afectados en accidentes de tráfico. El equipo multidisciplinar del hospital garantiza una atención personalizada y cuenta con especialistas en traumatología, neurología, rehabilitación y fisioterapia, imprescindibles para la correcta recuperación tras un traumatismo.

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