![Válvulas transcatéter (TAVI) para aumentar la esperanza de los pacientes con válvula aórtica](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/201910/24/media/cortadas/Quir%c3%b3fanos%20nuevos%20H9O%20022-kK0F-U90445810210zM-624x385@Las%20Provincias.jpg)
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Jueves, 24 de octubre 2019, 01:47
La estenosis aórtica es una enfermedad que afecta a la válvula aórtica, la que conecta el ventrículo izquierdo con la arteria aorta –principal canal de entrada de oxígeno en el corazón–, estrechando así el paso de la sangre. Este problema ocurre cuando la válvula no se abre adecuadamente, impidiendo que una parte de la sangre del ventrículo izquierdo pase al resto del cuerpo. El problema surge cuando la válvula sufre un proceso degenerativo y se calcifica. En ese momento, que suele aparecer en edades avanzadas, sus velos pierden movilidad, la zona de vuelve cada vez más rígida y consecuentemente su función se reduce, estrechando la válvula.
En estas circunstancias, el corazón necesita bombear cada vez con más fuerza y acaba sobrecargándose. Por ello, los expertos avisan de que es esencial solventar el problema cuando aparecen los primeros síntomas de estenosis aórtica que pasan por insuficiencia cardíaca, angina de pecho o pérdida de conciencia. Si no se puede resolver, «las posibilidades de supervivencia son aproximadamente del 50% el primer año», tal y como explica el doctor Alberto Berenguer, cardiólogo del Hospital Vithas 9 de Octubre. «Un paciente con estenosis aórtica severa puede vivir bien mucho tiempo, pero cuando aparecen los primeros síntomas, la supervivencia a largo plazo se compromete seriamente», afirma el doctor Berenguer.
Actualmente, la cirugía convencional ofrece solución a la estenosis aórtica, pero un gran número de pacientes no son susceptibles de este tratamiento por las escasas posibilidades de superar la intervención dado su delicado estado de salud y su avanzada edad. Sin embargo, las válvulas transcatéter (TAVI) han conseguido evitar la cirugía abierta y ofrecen una alternativa a pacientes tradicionalmente desestimados para la cirugía. «Además, abren la puerta a extender sus indicaciones a pacientes de bajo riesgo quirúrgico como han mostrado los ensayos clínicos Partner 3 y Evolutive TAVR Low-Risk Trial», destaca el cardiólogo del Hospital Vithas 9 de Octubre.
La solución hasta la aparición de las válvulas transcatéter (TAVI) pasaba por una intervención de cirugía abierta con una bomba de circulación extracorpórea. El problema de esta técnica era las pocas garantías de éxito que ofrecía a los pacientes de edades avanzadas. Un gran problema, teniendo en cuenta que en muchas ocasiones se trata de pacientes de edades extremas, incluso por encima de los 90 años, y que, además, en muchas ocasiones «suelen padecer también enfermedades bronquiales, renales, cerebrovasculares, disfunción ventricular o simplemente la fragilidad asociada al envejecimiento», añade el doctor Berenguer. La posibilidad de solucionar la estenosis aórtica con una mínima incisión, ya sea por vía femoral, subclavia o ventricular, reduce considerablemente los riesgos de la intervención, y además acorta los plazos de recuperación. «Los principales beneficiados son aquellos pacientes no susceptibles de ser intervenidos con otras técnicas quirúrgicas», explica el doctor Berenguer, que recuerda que con esta intervención los pacientes experimentan una mejoría de su pronóstico vital a largo plazo.
Las válvulas transcatéter (TAVI) comenzaron a implantarse hace una década. Desde entonces, el desarrollo ha sido asombroso. «Existen distintos tipos de prótesis, todas en general se introducen plegadas y se despliegan en el punto en el que deben implantarse», detalla el especialista en Cardiología de Hospital Vithas 9 de Octubre. Esta miniaturización de las prótesis, así como las mejoras tecnológicas incorporadas, ha permitido que el abordaje se realice a través de incisiones cada vez menores, con menos complicaciones, mayor seguridad, mayores tasas de éxito y mayor durabilidad de la prótesis a largo plazo. Por todo ello la Food and Drugs Administration (FDA), la entidad de máximo prestigio internacional en la validación de tratamientos y procesos médico-quirúrgicos, ha autorizado su utilización en pacientes de bajo riesgo, «lo que se va a traducir en una expansión de las indicaciones de este tipo de prótesis», augura el doctor Berenguer.
Los especialistas advierten que esta técnica precisa de una sofisticada curva de aprendizaje y que no todos los pacientes son susceptibles de recibirla. Los cardiólogos intervencionistas analizan en el Hospital Vithas 9 de Octubre cada caso para realizar un correcto procedimiento de implante, recurriendo a la colaboración de cardiólogos clínicos o especialistas en imagen cardiaca, cirujanos cardiovasculares o anestesistas para garantizar un proceso óptimo de implante.
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