rubén cañizares
Lunes, 22 de febrero 2016, 08:44
A mediados del siglo XX, recuperadores y fisioterapeutas comenzaron a utilizar con éxito en el mundo del deporte la estimulación eléctrica muscular (EMS, Electrical Muscle Stimulation). Pero no fue hasta hace cinco años, cuando el fitness se interesó por este revolucionario método que hoy arrasa en toda España. Gracias a los últimos avances en los campos de la electroestimulación y la neurociencia, se ha desarrollado la electroestimulación integral activa: «Consiste en una manera diferente y alternativa de entrenar. Hace poco tiempo que distintas investigaciones científicas descubrieron que la estimulación externa junto a la estimulación interna de un movimiento provoca que se recluten más fibras, y con este mayor reclutamiento de fibras el cuerpo gasta más energía y está más tiempo activado. Esto conlleva a que se quemen más calorías y se llegue a los objetivos marcados en mucho menos tiempo», explica Alberto Lara, propietario del centro F.A.S.T. de Ciudad Lineal, en Madrid, la empresa pionera en España en la utilización de este novedoso concepto.
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A través de un biotraje, conectado a un electroestimulador que utiliza impulsos eléctricos de baja y media frecuencia como respuesta a la contracción muscular y gracias a una serie de ejercicios específicos (sentadillas, fondos, zancadas, lunch, remo, mancuernas, fitball, skipping, desplazamientos laterales, etcétera) realizados junto a un entrenador personal, en solo veinte minutos se llega a estimular de manera simultánea más de 300 músculos, lo que multiplica por cuatro nuestro rendimiento: «Obviamente, estar veinte minutos entrenando no hace que consumas 3.000 calorías de golpe. Eso es imposible. Ese tiempo de trabajo tan intenso y con estimulación externa, en el que se pueden quemar unas 500 calorías aproximadamente, hace que tu ventana metabólica esté más tiempo activada, se tarde más en recuperar y eso haga que a lo largo de todo el día tu cuerpo pueda llegar a quemar hasta 3.000 calorías. Esa es la gran diferencia con un entrenamiento ordinario de una hora de duración. Ahí, tu ventana metabólica solo se suele ir hasta las 800-1.000 calorías consumidas, como máximo».
electrofitness
Importante ahorro de tiempo.
Aumento de fuerza, coordinación y velocidad.
Aumento de la capacidad anaeróbica y aeróbica.
Aumento de la masa muscular.
Mejora general de la salud.
Mejora de la osteoporosis.
Mejora del aspecto de la piel.
Reducción de estrés y ansiedad.
Reducción de los niveles de grasa y celulitis.
Reducción del dolor de espalda.
Reducción de la hipertensión y patologías asociadas.
Reducción de la incontinencia urinaria.
Incremento del metabolismo basal.
Recuperación de lesiones musculares y osteoarticulares.
Recuperación postparto.
Como cada persona es un mundo, el electrofitness (como se le conoce popularmente) se adapta a todo tipo de objetivos y niveles físicos. Por eso hay distintos programas de entrenamiento y de intensidad. Hay personas que utilizan la electroestimulación integral activa para tonificar su musculatura y otros para reducir la celulitis y el exceso de grasa localizada. Pero también hay gente que, simplemente, quieren eliminar toxinas y mejorar la tonicidad de la piel, equilibrar los grupos musculares o recuperarse de lesiones. Además, hay usuarios a los que el electrofitness les ayuda a combatir trastornos metabólicos como la hipertensión o la obesidad. Y, claro, hay deportistas de élite que también lo practican para ponerse más fuertes y más veloces. Por ejemplo, hemos visto recientemente a Benzema, una de las estrellas del Real Madrid, entrenarse con este moderno método.
Ahora bien, el electrofitness no es para todos lo públicos. Hay ciertas personas a los que se les tiene prohibido su práctica. Lara los detalla: «La electroestimulación integral activa está contraindicado para embarazadas; gente que tiene un marcapasos o placas de metal en su cuerpo de un tamaño superior a los cinco centímetros; personas a las que se le haya diagnosticado fibromialgia, epilepsis, tumores latentes, cardiopatías, alteraciones del sistema nervioso, trastornos autoinmunitarios, varices no controladas, seromas o prolapsos. Y si el usuario porta prótesis de silicona u otro tipo en cualquier parte de su cuerpo, tampoco se le recomienda».
En los últimos meses, el auge del electrofitness ha provocado mucho debate sobre posibles consecuencias negativas para la salud del que lo practica, pero Lara detalla que no existe riesgo ninguno, siempre y cuando se cumpla una regla básica: «No se puede entrenar dos veces sin que haya habido 48 o más horas de descanso entre ambas sesiones. Esto quiere decir que la gente que hace electrofitness solo puede practicarlo dos veces por semana. Y esto es así porque hay que dejar descansar al sistema nervioso central, como mínimo, esos dos días, para que no acumule estrés y evite ser alterado».
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Cada sesión suele costar entre 20 y 25 euros, aunque siempre hay paquetes mensuales, trimestrales, semestrales y anuales que abaratan el precio y, aparte de lo económico, como detalla Lara, lo razonable es ser constante para ver el fruto y no quedarse a medias: «Igual que ir a correr o levantar pesas un día suelto no sirve de nada, una sesión de electrofitness, tampoco. La electroestimulación integral activa no hace milagros. Eso debe tenerlo claro todo el mundo. Una alimentación sana, buenos hábitos de vida y el descanso son innegociables. Y si a esas tres patas le unes la rutina del electrofitness, el límite solo te lo marcarás tú».
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