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Cada vez son más quienes incorporan el consumo de tés e infusiones a su día a día para complementar una dieta saludable y una rutina de ejercicio habitual. Cuidar lo que ingerimos es esencial para la buena salud y el bienestar y el auge de un estilo de vida más saludable ha llevado a muchísimas personas a querer incorporar pasos a su rutina que realmente aporten beneficios al organismo. Y es que aplicar unos hábitos 'healthy' ayuda a mantener un peso saludable, además de reducir el riesgo de padecer obesidad, diabetes tipo 2, presión arterial alta, colesterol alto o el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, entre otros problemas de salud que pueden desarrollarse a raíz de un estilo de vida poco responsable.
Además de hacerlas en casa en pocos minutos, las infusiones son también una buena opción para tomar fuera de casa y son cada vez más los locales que las incorporan a su carta. Y es que este tipo de bebidas, además de aportarnos un momento de relax en nuestro día a día, nos ayudan a alcanzar los dos litros de agua diarios necesarios y también son buenas aliadas para depurar el organismo gracias a su efecto diurético. Muchas de ellas también son digestivas y resultan muy útiles para evitar molestias después de las comidas, aunque tienen otra serie de beneficios asociados según con qué ingredientes las prepares. Así que no es de extrañar que muchos opten por pedir una en lugar de un refresco azucarado o una bebida con alcohol.
Hay muchas entre las que puedes decantarte con ingredientes que puedes combinar para hacer tus bebidas cargadas de beneficios. Puedes comprarlos a muy buen precio en herbolarios y supermercados y tener varios en la despensa para preparar uno u otro según tus necesidades. Una de las que puedes probar es la infusión de diente de león y limón, una planta muy conocida por sus propiedades medicinales cuyas hojas, raíces y flores se han empleado desde hace siglos en la medicina tradicional para multitud de fines. Estos son los sus beneficios por los que vale la pena incluirla en tu rutina:
- Digestiva: si sueles padecer de malas digestiones o no estás pasando por un momento de buena salud intestinal, incorporar la infusión de diente de león a tu día a día, especialmente tras las comidas, puede ayudarte a que tu cuerpo asimile mejor los alimentos. Esto ayuda a evitar dolores y gases, reduciendo la hinchazón y pesadez y ayudando a estimular los movimientos intestinales, y todo gracias a que esta bebida está cargada de probióticos, más incluso que el kéfir.
- Ayuda a la producción de colágeno: otro de los puntos fuertes de esta infusión es que combate el envejecimiento al estimular la creación de colágeno, proteína esencial para el buen estado de la piel, los huesos, los tendones y los ligamentos, que el cuerpo va dejando de producir con la edad. De esta forma, gracias a su alto contenido en antioxidantes y vitamina C, ambos necesarios para la síntesis de esta proteína, ayuda a retrasar la aparición de los signos de la edad y tener un cutis más despejado, hidratado y luminoso.
- Potente antioxidante: esta combinación de ingredientes hacen de esta bebida una buena opción antioxidante para combatir los efectos nocivos de los radicales libres, culpables de la aparición de enfermedades crónicas por el estrés oxidativo que degenera los tejidos del organismo. Resulta por ello una gran aliada para cuidar el sistema cardiovascular y mejorar las defensas.
- Aliada para bajar de peso: esta infusión ayuda a perder peso gracias a su efecto saciante y diurético, que reduce la retención de líquidos. Su poder drenante estimula la orina, favoreciendo así la eliminación de toxinas del organismo y la pérdida de volumen corporal. Además, el limón ayuda a acelerar el metabolismo, estimulando la quema de calorías en lugar de almacenarla como grasa.
- Favorece el descanso: puedes tomarla en cualquier hora del día y además favorece la relajación y el descanso, ayudando a aliviar los picos de estrés y ansiedad y a que el cuerpo entre en estado de reposo.
Para prepararla, basta con poner a calentar 250 ml de agua en un cazo y dejarlo a fuego lento junto a un poco de diente de león y el zumo de limón al gusto. Apaga el fuego y espera a que llegue a ebullición y déjala reposar unos minutos antes de filtrar la mezcla.
Lo ideal, para no añadir carga calórica innecesaria y no provocar picos de glucosa que generen antojos durante el día, es evitar endulzarla con azúcar o miel y optar por un toque de canela o limón si quieres darle un sabor distinto.
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