![Intolerancia a la fructosa](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/09/09/lorena-reyes-kCeG-U22011859586590oH-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Lorena Reyes
Martes, 12 de noviembre 2024, 01:33
Hace algún tiempo abordamos la intolerancia a la lactosa y esta vez , de nuevo, hablamos de la intolerancia a otro azúcar presente en algunos alimentos: la fructosa.
La fructosa es un hidrato de carbono formado por una sola molécula y está presente de manera natural en miel ,frutas y algunas verduras y otros alimentos vegetales, pero también la encontramos en muchos otros alimentos.
Como azúcar que es, la fructosa otorga sabor dulce y también aporta calorías pero más allá de esto, nutricionalmente no se le otorga ninguna propiedad más.
Hay que tener en cuenta que existen tres tipos de intolerancia a la fructosa: la intolerancia hereditaria, la primaria y la secundaria; siendo estas dos últimas síndromes de mal absorción.
La intolerancia a la fructosa hereditaria (IHF) es la menos frecuente siendo su origen genético. Se trata de una deficiencia del enzima fructosa-1-fosfato aldolasa B , enzima necesario para metabolizar y por lo tanto absorber la fructosa. Los síntomas aparecen tras la introducción de alimentos sólidos al bebé, de manera que, tras diagnosticarse la intolerancia, hay que eliminar todos los alimentos que contengan fructosa.
La intolerancia a la fructosa primaria se produce por la falta del transportador Glut-5, necesario para poder absorber la fructosa a nivel intestinal , así que ésta pasa al colon donde es fermentada por las bacterias de esta zona generando muchos gases y por lo tanto distensión abdominal y mal estar.
Y por último, la intolerancia a la fructosa secundaria, que es la más común. En este tipo no puede absorberse la fructosa en el intestino delgado tampoco pero por otros motivos como puede ser un desequilibrio de la flora o por una inflamación o infección es esta zona . De nuevo pasa al colon donde fermenta y produce sintomatología.
Los síntomas que pueden alertarnos de una mal absorción de la fructosa son flatulencia, distensión abdominal, meteorismo y diarrea. Si la diarrea se alargase en el tiempo podría dar lugar a la deficiencia de nutrientes que desencadenaría en otros síntomas como fatiga, dolor de cabeza, irritabilidad, depresión…
¿Cómo se puede diagnosticar la intolerancia a la fructosa?
La intolerancia hereditaria a la fructosa se diagnostica con una prueba genética a partir de una muestra de sangre o también a través de la mucosa bucal.
Los síndromes de mal absorción se diagnostican mediante un test administrando fructosa en una cantidad controlada y midiendo gases expirados a través del aliento, concretamente el metano y el hidrógeno.
¿Cómo tratar la intolerancia a la fructosa?
Una vez ha habido un diagnóstico positivo el tratamiento es un control y restricción dietético de la fructosa , en cualquier tipo de intolerancia .
En la IHF se limita la ingesta de fructosa de 1 a 2 gramos diarios como máximo, donde hay que tener en cuenta también el aporte de sacarosa y sorbitol. Hay que tener extremo cuidado con el contenido de este azúcar en cualquier tipo de producto y leer todos los etiquetados nutricionales.
En casos de mal absorción también hay restricción en la ingesta de fructosa que dependerá del grado que se padezca. Si el grado de tolerancia es muy alto la restricción tendrá que ser parecida a la IHF pero si hay algo de tolerancia se podrá ingerir más fructosa en función de cada caso, de manera que es importante acudir a un nutricionista para valorar qué alimentos poder tomar y qué cantidad.
No todas las frutas tienen el mismo contenido en fructosa, unas contienen más que otras y también dependerá del grado de madurez, cuanto más madura más dulce y por lo tanto más fructosa.
Las frutas más ricas en fructosa, con más de 5 gramos cada 100 gramos, son las siguientes: caqui, cereza, ciruela pasa, chirimoya, dátil, higo, breva, manzana, pera, ciruela y uva.
Le siguen las que tienen entre 3 y 5 gramos cada 100g/fruta: arándano, fresa, frambuesa, fresón, granada, guayaba, grosella, mango, kiwi, membrillo, mora y plátano.
Con un contenido bajo , de 1 a 3 gramos cada 100g/fruta: ciruela, grosella roja, mandarina, naranja, melocotón, melón, nectarina, pomelo, piña y sandía.
Y por último , con un contenido muy bajo en fructosa, 1gramo por cada 100g/fruta: aguacate, lima, coco, chufa, albaricoque y papaya.
También hay que tener en cuenta que otras verduras u hortalizas contienen también fructosa como son la calabaza, zanahoria, boniato, cebolla, nabo, remolacha y chirivía.
Al igual que algunas legumbres como judía blanca, guisantes, garbanzos y soja y también algunos frutos secos y cereales.
Es importante saber que todos los alimentos procesados pueden contener fructosa, por lo tanto es necesario revisar el etiquetado nutricional; al igual que algunos edulzantes también están desaconsejados como el sorbitol, la licasina, el isomaltitol, ésteres azucarados (E-473 y E-474), ésteres de sorbitano (E-491 y E-495), azúcar invertido, jarabe de maíz, tagatosa y sacarosa (azúcar de mesa) ya que es glucosa y fructosa.
El abordaje de una IHF y en una malabsorción de la fructosa primaria es la restricción dietética de ésta, pero en el caso de mal absorción secundaria habría que averiguar la causa que la origina e intentar solucionar la raíz del problema que afecta a dicha mal absorción, siendo el tratamiento dietético una solución temporal para reducir los síntomas.
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