El 3 de diciembre se celebra el día de San Francisco Javier, un religioso y misionero navarro de la Compañía de Jesús nacido en el siglo XVI en la localidad de Javier (España) y fallecido en la isla Shangchuan (China). Francisco de Jaso y Azpilicueta, más conocido como Francisco Javier nació el 7 de abril de 1506 y falleció muy joven, a las 46 años, un 3 de diciembre de 1552. Es precisamente esta fecha de su muerte la elegida por la Iglesia para conmemorar a un hombre que fue canonizado por la Iglesia católica con el nombre de san Francisco Javier.
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Francisco Javier era de cuna noble: nacido como Francisco Jasso Azpilicueta Atondo y Aznarez, señor de Javier, fue alumbrado en el Castillo de Javier, en el Reino de Navarra, ya que su padre, Juan de Jasso, señor de Javier, era presidente del Real Consejo de los Reyes de Navarra Juan de Albret y Catalina de Foix. Era el benjamín de cinco hermanos: Magdalena, Ana, Miguel, Juan y él mismo.
La importancia de San Francisco Javier viene dada porque fue miembro del grupo precursor de la Compañía de Jesús (Jesuitas) y estrecho colaborador de su fundador, Ignacio de Loyola. Destacó por sus misiones que se desarrollaron en el oriente asiático y en el Japón. Recibió el sobrenombre de Apóstol de las Indias.
Francisco Javier vivió en una época de guerras franco-españolas. Tras la invasión parcial del Reino de Navarra por las tropas castellano-aragonesas con fuerte presencia guipuzcoana, se produjeron varias contraofensivas de los leales a los Albret, en este caso con fuerte apoyo francés. En 1516, fallecido el padre en el exilio un año antes, los hermanos de Francisco participan en una infructuosa ofensiva con el profrancés Rey de Navarra Juan de Albret, siendo la familia de Francisco desposeída de sus propiedades, y el castillo desmochado por orden del Gobernador, el Cardenal Cisneros.
Sin castillo ni propiedades, Francisco había abrazado la carrera eclesiástica y marcha en 1528 a París a la Universidad de la Sorbona, donde conoce a Ignacio de Loyola, con quien fundará más adelante la Compañía de Jesús. Aunque al principio no sintió simpatía por Ignacio de Loyola, terminó siendo su mejor amigo y colaborador.
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Fue allí donde con otros cinco compañeros se constituye lo que sería el embrión de la Compañía de Jesús. El 15 de agosto de 1534, una vez finalizados los estudios, juran votos de caridad y castidad, a la vez que prometen viajar a Tierra Santa, en la Cripta del Martirio de Montmartre. Francisco se queda en París otros dos años más estudiando Teología, después de participar en los Ejercicios espirituales junto a Ignacio de Loyola.
Fue canonizado por el papa Gregorio XV en 1622 junto a san Ignacio de Loyola, santa Teresa de Jesús, san Isidro Labrador y san Felipe Neri.
Ha sido nombrado patrono de varios sitios y obras:
- En 1748 es nombrado patrono de todas las tierras al este del cabo de Buena Esperanza.
- En 1904 es nombrado patrono de la Obra de la Propagación de la Fe.
- En 1927 el papa Pío XI le nombra Patrono de las Misiones junto a santa Teresita del Niño Jesús.
- En 1952 el papa Pío XII lo proclama patrono del turismo.
- Es también patrono de la Rama Caminantes dentro del Movimiento Scout católico.
- Es copatrón de Navarra junto con san Fermín de Amiens y Santa María la Real. Su festividad se celebra el 3 de diciembre, en coincidencia con el día de su muerte. En 1949, la Sociedad de Estudios Vascos eligió también el 3 de diciembre para celebrar el día internacional del euskera. Anualmente, en los primeros días de marzo, se celebra una masiva peregrinación en su recuerdo hasta el Castillo de Javier, las conocidas como javieradas.
En 1537 se reúne con Ignacio de Loyola para viajar a Italia y es ordenado sacerdote el 24 de junio. Durante su estancia en Venecia, mientras esperaban el barco para ir a Tierra Santa, se dedica junto a sus compañeros a predicar por los alrededores. Ante la tardanza del viaje, vuelven a Roma y se ofrecen al Papa para ser enviados a cualquier otro lado. De allí parte hacia Lisboa en 1540, donde dará comienzo la etapa más importante de su vida: la de misionero. El viaje a Portugal se debió a la solicitud del embajador portugués en Roma, Pedro de Mascarenhas, que pidió en nombre de Juan III de Portugal a Ignacio de Loyola algunos hombres suyos para enviarlos a las Indias Orientales. Para ese viaje Francisco fue nombrado por el Papa legado suyo en las tierras del Mar Rojo, del Golfo Pérsico y de Oceanía, a uno y otro lado del Ganges.
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El 7 de abril de 1541, día que cumplía 35 años, empieza la expedición hacias las Indias orientales. Llega el 22 de septiembre a Mozambique. Allí se queda hasta febrero del año siguiente. En esa estancia ayuda en el hospital y percibe la realidad del trato que se da a los negros, lo cual le lleva a tener los primeros enfrentamientos.
Después de efectuar escalas en Melinde y Socotora, llega a Goa (ciudad que luego sería capital de la India Portuguesa) el 6 de mayo de 1542. Para lograr un acercamiento más intenso se dedica a aprender la lengua del país.
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Evangeliza a los indios Paravas y recorre las ciudades de Tuticorrín, Trichendur, Manapar y Combuture. Encontró la oposición de los brahmanes, que habitaban las pagodas de la región.
Aprendió tamil y tradujo a esa lengua parte de los textos cristianos y una plática sobre el cielo y el infierno.
Establece en las Pesquería un sistema de asignación de territorios a un responsable, el cual debía mantenerle informado del devenir de la misión. Una vez que ha organizado ese territorio, parte hacia Manapar y el distrito sur. Permanece un mes con los makuas, bautizando a más de 10.000 personas.
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Durante 1544 realiza más de veinte viajes de evangelización, algo que continuó realizando los años sucesivos: islas Molucas, Islas de Amborio y Ternate, Baranula (Ceran) (donde según cuenta la tradición un cangrejo le devuelve el crucifijo que había perdido durante una tempestad), islas del Moro, Cochín, India, Molucas y Japón, donde llega el 15 de agosto de 1549.
En Yamaguchi obtuvo del príncipe la garantía de respeto a los conversos al cristianismo. Ante esa perspectiva realiza, junto con sus dos compañeros, una intensa labor de predicación que da su fruto en la creación de una pequeña comunidad católica. Muchos de los convertidos son samuráis.
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Tras varias peripecias y problemas, viaja a China con la idea de evangelizar. Esta isla era el lugar de encuentro entre los mercaderes chinos y portugueses. Permanecen a la espera de la llegada de un barco chino que debe introducirles, clandestinamente, en el continente. El 3 de diciembre de ese año muere Francisco Javier cuando contaba 46 años de edad.
Su cuerpo es conducido a Goa, donde llega en la primavera de 1554, siendo enterrado en esa ciudad.
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