Una sevillana de 101 años revela su secreto para llegar a su edad: «Me he comido el manso»

El secreto de una vida longeva y plena no se puede garantizar, pero los consejos de las personas centenarias suelen arrojar algo de luz sobre cómo alcanzar una vida tan prolongada y saludable. Una de estas personas es Leonor, una sevillana que, con sus 101 años, cuya historia se ha vuelto viral después de que respondiera con total naturalidad a su farmacéutico sobre el motivo de su buena salud.

Con un toque de humor, Leonor no dudaba en responder a cómo había podido llegar a su edad con tal buen aspecto: «Me he comido el manso, me he tomado de todo, he comido muchísimo y aquí sigo», asegura. También comenta haber tenido «una vida tranquila, bueno relativamente tranquila».

La anciana aparece en un video que ha sido compartido en redes sociales, donde se le ve empujando un carrito de la compra, sin necesidad de ayuda, y en plena forma mientras planea ya celebrar sus 102 años el próximo 22 de febrero. Su farmacia, impresionada por su buen estado, ha recomendado con un toque humor «hacerle caso» para quienes aspiren a alcanzar una edad como la suya.

El Ayuntamiento de Sevilla también ha comenzado a reconocer la importancia de los centenarios. Desde el área de Barrios de Atención Preferente y Derechos Sociales, se invita a familiares y amigos a contactarles mediante el teléfono 955472112 o el correo sevillanos.centenarios@sevilla.org para quienes deseen solicitar un homenaje para personas mayores de cien años. Se busca recoger historias y anécdotas que construyan una visión de la ciudad a través de sus mayores.

En el caso de Leonor, su vida ha sido testigo de momentos decisivos en la historia de Sevilla y del país. Desde la Exposición Iberoamericana de 1929, cuando apenas era una niña, hasta la Guerra Civil y los difíciles años de posguerra, su existencia se ha entrelazado con la evolución de Sevilla. Ha presenciado la expansión urbana y la llegada de infraestructuras como el metro y la preparación para la Exposición Universal de 1992, lo que convierte su vida en parte de la memoria de la ciudad.

Este homenaje no solo celebra su longevidad, sino que también recoge su legado y el de quienes, como ella, han vivido la transformación de Sevilla a lo largo de décadas.

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