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Sábado, 4 de mayo 2019
La Dirección General de Tráfico (DGT) sigue en su lucha para prevenir accidentes en las carreteras y durante años esta organización ha tratado de concienciar a los conductores para que entiendan por qué es necesario levantar el pie del acelerador.
El último método de control de velocidad estrenado hace poco ha sido los radares en cascada que consiste en colocar un cinemómetro móvil unos metros más allá del radar fijo y sirve para pillar a los conductores que sobrepasen el límite de velocidad permitido.
Pero también están poniendo a prueba otra serie de métodos. Desde hace un tiempo, la DGT está pintando líneas verdes en algunas carreteras de Castilla y León con el objetivo de provocar un efecto visual de estrechamiento de la calzada. Así, el conductor tiene la sensación de que está conduciendo por un carril que parece más pequeño de lo que en realidad es. Esta sensación de estrechamiento lleva a los conductores a desacelerar la marcha al creer que la carretera es más pequeña.
Suecia y Holanda son países que ya tienen instalado este sistema.
En la DGT no están contentos: las rayas verdes y los radares en cascada son sólo el principio
Así funcionan los radares en cascada, la trampa para cazar a los conductores infractores.
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