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J. M. L.
Toledo
Miércoles, 9 de abril 2025, 18:43
La ciudad de Toledo mantendrá la «playa fluvial» de blanca arena fina que ha surgido en la ribera del Tajo a su paso por esta ciudad tras las constantes y abundantes lluvias caídas durante el mes de marzo. La playa, que tiene una superficie de unos 7.000 metros cuadrados y está situada en las inmediaciones de los baños árabes de Tenerías, «se mantendrá y garantizaremos las condiciones de salubridad con jornadas de recogida de basura como la que tendrá lugar este próximo sábado para recuperar un espacio que el río nos ha devuelto», informó este miércoles el alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, en referencia a las aguas contaminadas del río Tajo a su paso por Toledo por los vertidos sin depurar procedentes de la Comunidad de Madrid.
De hecho, el baño en el Tajo en la capital castellano-manchega está prohibido desde el verano de 1972. No obstante, la aparición de esta playa ha animado a algunos a darse un chapuzón en sus aguas ante la mirada atónita de quienes se limitan a tomar el sol sobre toallas. Por ello, ha habido que colocar carteles recordando esta histórica prohibición. El Ayuntamiento de Toledo también ha enviado muestras de las aguas y de la arena de esta playa a varios laboratorios «para informar a la población de lo que se puede y no se puede hacer con perfecta claridad y con garantías en esta nueva zona de ocio», añadió el alcalde toledano. También se plantea habilitar en ella una zona de vóley playa y permitir la apertura de un chiringuito.
Mantener esta playa supone renunciar a un proyecto que ya se había puesto en marcha para adecentar el parque de esta ribera que ha quedado anegado tras las lluvias de marzo. Su conservación es apoyada no sólo por los vecinos de la zona sino también por instituciones como la Real Academia de Ciencias Históricas de Toledo o la Real Fundación de Toledo.
El director general de esta fundación, Eduardo Sánchez Butragueño, valora la aparición de esta playa como «algo «positivo que demuestra que el río sigue ahí, que nunca se marchó a pesar de las dinámicas de las últimas décadas y que nos habían hecho olvidar que, periódicamente, cuando hay este tipo de crecidas se forman playas». Opinión compartida por el director de la Real Academia de Ciencias Históricas, Jesús Carrobles, para quien «el río tiene pulso y es capaz de recuperar esos espacios de los que siempre ha dispuesto pues historiadores de los siglos XVI y XVII ya hablaban de las arenas y los sotos del Tajo en Toledo». Las lluvias de marzo las han recuperado del fondo de las aguas convirtiéndolas en un reclamo turístico más.
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