

Secciones
Servicios
Destacamos
En las reuniones con amigos o en los campamentos, un clásico suele ser contar historias terroríficos cuando cae la noche. Siempre existe un miembro del grupo que ha sido testigo de un suceso paranormal o que conoce a alguien que lo haya presenciado en primera persona. Hay una gran colección de relatos basados en hechos reales que atemorizan a cualquier oyente. Cada Halloween, estas leyendas recobran vida para ser narradas, de nuevo, de grupo en grupo. Estas son algunas de ellas:
En una noche fría y lluviosa, un hombre conduce de camino a casa tras terminar de trabajar por la carretera de las Costas del Garraf. De repente, notó que perdía la estabilidad en el asfalto por el temporal y redujo la marcha.
En ese momento, vio a una chica totalmente quieta que esperaba a que algún conductor la recogiese con su vehículo y la llevara a su destino. El hombre frenó de golpe y la invitó a subir a su coche. Llevaba un vestido blanco de algodón manchado de barro y su pelo estaba revuelto y enredado.
Los dos comenzaron a conversar y la joven le pidió al conductor que fuera más despacio porque venía una curva muy cerrada. El hombre siguió sus indicaciones y le agradeció el consejo. Ella le contestó: «No me lo agradezcas, es mi misión. En esa curva me mataron hace más de 25 años. Era una noche como esta». El hombre la miró y la chica ya no estaba, aunque el asiento seguía húmedo.
Una de las pequeñas islas que se encuentran a unos 20 kilómetros al sur de Ciudad de México guarda un secreto de lo más perturbador. Se trata de Xochimilco, un rincón fantasmagórico con una macabra historia.
Xochimilco significa isla de las muñecas y, como su nombre indica, es una isla repleta de muñecas capaces de asustar a cualquiera que se atreva a visitar el lugar. Están colgadas de los árboles, algunas desmembradas, otros sin los ojos y casi todas llenas de telarañas e insectos.
Estas muñecas empezaron a ser colocadas por Julián Santana Barrera, un hombre que vivió en la zona durante más de 25 años, para protegerse contra los espíritus. Santana se encontró el cádaver de una niña que había muerto ahogada cerca de su terreno y no pudo hacer nada por salvarla. Desde ese momento, empezó a vivir episodios paranormales. La chica se le aparecía en sueños y escuchaba voces, llantos, pasos constantemente.
Lo que más impactó a Santana fue la aparición de una muñeca en el agua al poco tiempo de morir la niña. Él se pensaba que era de la menor ahogada. Ante el miedo por el fantasma de la niña, decidió comenzar a recolectar muñecas que encontraba en la basura y colgarlas de su casa y de los árboles, para que le protegiesen y ahuyentanse el alma de la fallecida.
Poco a poco, la isla se iba llenando de muñecas y pasó de unas pocas a tener más de 1.500. Los visitantes que pasaban por la zona se interesaban por la historia y le regalaban muñecas a Santana para que aumentase la colección.
En el año 2001, un envejecido Santana pescaba en uno de los canales junto a su sobrino, a quien le confesó que había una sirena en esas aguas que pretendía llevárselo desde hace tiempo. En un momento dado, el sobrino fue a ver como se encontraba el ganado que pastaba por la zona, pero cuando regresó, su tío estaba muerto flotando en el río. Según la autopsia, la causa de la muerte fue un infarto, aunque muchos piensan que no fue así.
Santana era el único habitante de la isla de las muñecas, que permanece ahora vacía. La única manera de acceder a la isla es mediante una embarcación, aunque hay muchas personas que se resisten a visitarla por el silencio que la envuelve con las muñecas como únicos testigos del paso del tiempo.
En enero de 2006, un psiquiatra de Nueva York recibió en su consulta a una de sus pacientes. La joven, durante la sesión, le explicó que había soñado en repetidas ocasiones con un hombre al que no conocía. Era calvo, con las cejas muy gruesas y los labios finos. El especialista, dibujo el retrato del sujeto que la paciente le describió y lo dejó sobre la mesa.
En sus siguientes consultas, dos pacientes diferentes aseguraron haber visto al mismo hombre en sueños. El facultativo decidió hacer copias del dibujo y enviarlo a varios compañeros de profesión. Conforme pasaron los meses, el número de personas que habían soñado con él no paraba de aumentar, por lo que los profesionales optaron por crear una página web para registrar todas sus apariciones. Al final del estudio, contaron que el hombre se había colado en los sueños de más de dos mil personas.
Sus apariciones son de lo más dispares, ya que los pacientes lo ven de varias formas, aunque siempre con la misma cara. Existen varías teorías para explicar el fenómeno. Una de ellas señala que el hombre existe y tiene la habilidad de irrumpir en los sueños. Otra afirma que se trata de un proyecto oculto de los gobiernos para controlar las vidas de los ciudadanos. La hipótesis más científica, sin embargo, indica que este rostro forma parte de la «conciencia común».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.