El verano es temporada de quedada con amigos y familia. Algunas de ellas llevan cierto control, organización e incluso planificación con tiempo, pero en otros casos, por la circunstancia que sea, se decide todo con poco tiempo de margen. Así que hay que hacer un plan de cero a la carrera, privándose de poder contar con ciertas comodidades. Pero bueno, siempre hay solución para todo, como pasa con el truco de convertir un ventilador en casi un aire acondicionado. La combinación de tres ingredientes permitirá que en pocos minutos dispongamos de bebida muy fría, evitándonos así el llenar el congelador de botes y botellas o permitiéndonos disponer de bebida refrescante sin necesidad de un aparato eléctrico. Es tan fácil como efectivo.
Este truco solventa una reunión entre amigos y además es un juego de ciencia muy popular. Eso sí, hay que comprar hielos igualmente. Todo empieza haciéndose con un barreño que disponga de tanta capacidad como bebida queramos enfriar casi de golpe. Esta palangana la llenaremos de agua. No hace falta que esté fría y no conviene que esté caliente, para que el efecto de los hielos sea lo más rápido posible.
Con el barreño lleno de agua pasamos al siguiente hito de este truco: echar hielos. La cantidad depende de la capacidad del recipiente que estemos utilizando. El penúltimo paso es echar sal. Aquí la cuestión es la cantidad, porque no es echar poca. Teóricamente estaríamos hablando de un tercio del volumen de hielo que se disponga en el barreño, por lo que es echar suficiente sal al agua con hielo.
Con los tres ingredientes de este truco en el barreño, sólo queda remover el agua con hielo y sal. Así se lleva a cabo doble fenómeno que hará que cualquier bote que metamos en el agua se enfríe en pocos minutos. El primero es una reacción endotérmica, que absorber el calor de la bebida rápidamente, mientras que posteriormente tiene lugar un descenso crioscópico, mediante el cual se enfría el líquido del barreño hasta el punto de que puede alcanzar temperaturas negativas sin llegar a congelarse. En cinco minutos podemos estar sirviendo una bebida muy fría, sin tener que esperar varias horas para que el congelador haga efecto.
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