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Hola capturadores
El otro día llegué tarde a trabajar porque al ir a coger el coche, que tenía perfectamente aparcado en mi calle, había una camioneta en doble fila, detrás de otro camioncito de reparto, también aparcado en doble fila, que me había dejado atrapada en la plaza en la que yo había dejado mi vehículo, la noche de antes. Como se suele hacer en estos casos, toqué el pito sin llegar a insistir demasiado, para no molestar a los vecinos, y esperé algo nerviosa la llegada del conductor. Mientras, como lo de aparcar en Valencia se ha puesto que da miedo, un conductor de otro vehículo aguardaba estoicamente su turno para meter su coche en el hueco que yo iba a dejar con el mío cuando lograra salir. Las gallinas que entran por las que salen. Para mi sorpresa, cuando me acerqué por enésima vez a la camioneta que bloqueaba mi salida, dispuesta a llamar a la policía para que resolvieran mi problema, vi que en el salpicadero del vehículo mal aparcado había un cartón, a modo de nota informativa, en la que el conductor me trasladaba el problema. «Estoy almorzando. Si molesto, llame el teléfono X y vuelvo».
La nota, lejos de calmarme, me alteró mucho más. Vamos, que me volvió loquísima. Al tipo le había entrado un apretón de bocadillo y había dejado su furgoneta donde primero había pillado. En concreto, en medio de la calle, bloqueando la salida de hasta tres coches bien aparcados y dejando un espacio pequeñísimo para los que circulaban. Ya se sabe, el hambre hay que calmarlo, aunque para ello le fastidies un buen rato a quien respeta las normas. Pero me negué a marcar el número de móvil, porque nunca se sabe qué puede hacer luego alguien con tu teléfono. Y porque, no quiero entrar en el juego. Así que el número al que comencé a llamar fue al de la grúa. Justo en ese momento, como por magia, apareció el señor en cuestión. Lo alucinante es que no me dijo ni hola. Se sentó en el asiento y encendió el motor. Como una hidra, me fui hacia él y le afeé el cuarto de ahora que había estado retenida por su almuerzo y que por lo menos me merecía una disculpa. Y el señor en cuestión me dijo que él había dejado una nota y que podría haber llamado. Total, que saqué el coche como pude y observé como el señor aparcó su furgoneta en una plaza reservada a minusválidos. El hambre apremiaba. Yo llegué a trabajar tarde y nerviosa. La movida me había puesto los nervios de punta. Pero el de ese día no fue un incidente aislado con el tráfico de esta ciudad.
El incivismo lleva años apropiándose de las calles. Sobre todo, detrás de un volante. Conductores que usan la doble fila a sus anchas. Que aparcan cada día encima de una acera, que hacen de las calles peatonales menos visibles un parking. Y que llevan a cabo la carga y descarga de los negocios en vados, pasos de cebra, plazas de minusválido o en la misma calle por la que tranistamos los demás. Lo sufro casi cada mañana con la furgoneta que deja los medicamentos en la farmacia o con el camión que descarga los pollos en la carnicería. Paran en medio de la calle (en la que hay un único carril), te hacen un gesto de disculpa con la mano, y proceden a bloquearte el paso, porque lo que tú tengas que hacer, a ellos les da exactamente igual. Sucede también con los repartidores de todo tipo de compras online. Las de los supermercados, los de los paquetes de ropa o cualquier chorrada de Amazon. La entrega se tiene que hacer en un plazo imposible y directo en la puerta de nuestra casa, aunque para poder hacerlo haya que dejar la furgoneta/coche/lo que surja, encima de una acera o tapando la boca de incendios de un edificio. La bolsa de zarrios que te compraste en una web china no puede esperar. El problema es que cada día somos más quienes hacemos una compra online con frecuencia y todos queremos que nos llegue ya y que, además, no tengamos que movernos de casa. Aunque yo jamás pido nada a casa. Utilizo los puntos de recogida para no causar molestias. A ellos acudo siempre andando.
Pero, esos nuevos hábitos mayoritarios son incompatibles con la vida cotidiana de las ciudades. Con los espacios reservados a la carga y descarga que hay. Y como la compra tiene que llegar, da igual que no haya sitio para dejar la furgoneta. Lo importante es entregarlo. Es decir, en la escala de prioridades, prestar el servicio a una persona está por delante de fastidiar a toda una calle. No es un problema exclusivo de los repartos. Los coches y motos mal aparcados campan a sus anchas por cualquier calle de esta y de otras ciudades. Cualquier acera es buena, aunque impidas el paso de una silla de ruedas, un carrito de bebé o una persona con problemas de movilidad. Es una cuestión de civismo. Si la policía actuara en cada caso, se pasaría día y noche multando. E igual tampoco están para eso. Y la gente lo sabe y, además, se aprovecha. Lo hemos visto estos días en la supermanzana de La Petxina.
Para más inri, unos curiosos personajes del paisaje urbano le añaden crispación al día a día del aparcamiento. Los denominados 'gorrillas'. Igual a tu ciudad no han llegado, pero en la mía rara es la calle que no tiene un par de ellos pidiendo unas monedas cuando aparcas tu coche. Como si fueran los dueños del espacio público. A veces tienes que hacer doble gasto. El de la zona azul y el del 'gorrilla'. Porque si no, igual vuelves y tu coche tiene una bonita raya. Los hay muy amables, ya casi del barrio, que no te piden nada porque saben que no deben hacerlo. Incluso te dan el chivatazo de algún coche que va a salir pronto. Pero son los menos. Su impunidad es absoluta, porque la policía puede disuadirlos cuando pasa, pero en cuanto se van, vuelven a ocupar posiciones en la calle.
Lo de los días de partido en los principales campos de fútbol de la ciudad ya es de nota. Manzanas enteras de doble fila, cientos de coches aparcados en las aceras, plazas, rotondas, jardines o donde buenamente pueden. Porque claro, al fútbol hay que ir en coche. Y como ya hay cierta complacencia en dejarles aparcar, el resto tiene que mirar para otro lado. Esa permisividad para unas cosas me deja siempre revuelta cuando voy, por ejemplo, al hospital público en el que me toca a hacerme mis revisiones. Pero donde también hay gente enferma ingresada y familiares que los tienen que acompañar durante horas o días. Ahí hay mucho menos espacio para aparcar que en el fútbol, pero a cambio hay un bonito parking en el que dejar el coche es carísimo.
La verdad es que nunca he entendido la fijación de los habitantes de las ciudades bien comunicadas por los coches; por el cochismo. Con el tiempo y la paciencia que se pierde en algo tan irritante como buscar aparcamiento. Pero tampoco la soberbia de quienes, agazapados tras el escudo de un volante, te insultan con la ventanilla subida o ponen los cuatro intermitentes para avisarte de que te van a dejar un ratito parado. Yo al volante también me transformo, como todos. Y a veces me asusto escuchándome decirle cuatro cosas a otro conductor. Por eso cada día soy más fan de ir a todos lados en transporte público. Aunque a veces sea un acto de fe. Hay que repensar las ciudades, sus usos y sus costumbres. Si hemos decidido que queremos comprar por internet, habrá que dejar espacio a quienes nos reparten los paquetes, aunque sea a costa de que aparques tu coche. Si queremos que la gente deje de ir al fútbol en vehículo privado, habrá que mejorar el transporte público. Pero para no aparcarle a otra persona el coche delante y evitar que pueda seguir con su vida normal sólo hay dos soluciones: educación y mucha pegatina de la grúa.
Esta semana me ha pillado un poco el toro, pero reconozco he sacado tiempo para escuchar algo que me ha flipado. Lleva la mano de nuestra Andrea Morán, que durante una etapa vino a esta carta para recomendarnos podcast. Y eso es precisamente lo que acaba de estrenar esta semana, bajo su dirección. Se trata de una investigación sonora sobre los Testigos de Jehová. Han publicado los dos primeros episodios y son tremendos. Irán subiendo uno por semana, con testimonios de personas que lograron salir de la secta. Lo podéis escuchar aquí y en todas las plataformas habidas y por haber. Ah, un aviso: engancha. Se llama 'Los expulsados del paraiso: sobrevivir a los Testigos de Jehová'.
¡Hola capturadores! Os traigo una noticia maravillosa: por fin ha acabado mercurio retrógrado, ese fenómeno astrológico al que echarle la culpa de todo lo malo que nos pasa. Muchos ya sabréis de lo que hablo: seguramente hayáis notado que nada os salía bien y que este mes se os hacía más cuesta arriba de lo normal. Pero no os preocupéis, que terminó el día 25. La parte mala es que ya no lo podéis usar como excusa para vuestras desgracias/cagadas. Y os advierto en este horóscopo Captura primavera edition de que se os vienen unas cuantas. Todo según los astros, claro:
Aries: Tu popularidad estará desatada con la primavera y tendrás mil planes a la vista. Te dará por renovar tu armario y tratar de incorporar color a tu vida, pero te timarán con un pedido online y te dará un mental breakdown que te llevará a teñirte el pelo azul. En otro intento por romper con la rutina intentarás darle un vuelco a tu vida sentimental y conocerás a alguien por una app de citas. Spoiler: sale mal. Vivirás un catfish que lo único que te dará será otro sablazo en la cuenta.
Tauro: Todo te pasa a ti y es por algo. No tienes buen ojo ni para elegir el papel del baño pero no te preocupes, porque alguien del pasado volverá para recordarte que te ha pasado siempre. Un mensaje inesperado trastocará tus planes y terminarás dando una segunda oportunidad que no acabará nada bien. Tras una nueva decepción, descubrirás algo que realmente te llena: bordar dobladillos. Además, un golpe de suerte te dejará un dinerito extra para comprar hilos compulsivamente. ¡Enhorabuena!
Géminis: La bipolaridad que te caracteriza irá a peor con la primavera y cambiarás tanto de humor que te harán el vacío por insoportable. Tus nervios estarán a flor de piel, pero un ingreso de dinero inesperado hará que te relajes un poco, hasta que te encuentres con una persona del pasado a la que no soportas. Será de fiesta y mientras bailas Madrid City, todo mal. Intentarás huir pero te irás con un mal de ojo a casa que te fastidiará las próximas semanas y hará que te pierdas ese evento tan importante por el que te compraste unas Samba.
Cáncer: Como eres el mejor signo del horóscopo, no hay duda de que te irá genial. Esta temporada primaveral aparecerá un nuevo personaje con un serio parecido a Charlie Hunnam que animará tus días y encima te cruzarás con Enzo Vogrincic e intercambiaréis instagrams. Además, te encontrarás un billete de 500 euros procedente del tráfico ilegal de algo por la calle, que te irá genial para comprarte un modelito increíble para el Eras Tour de Taylor Swift. También te tocará un premio potente en la lotería porque estarás imparable y conseguirás todo lo que te propongas. ¡¡Eres lo más!!
Leo: Mi queridísimo Leo, una vez más tienes la suerte de tu lado por flawless. Los astros se alinean para que tu futuro brille aún más que tu pelo y esta temporada te dejarán una piel de película y mucha tranquilidad, que siempre es lo que más se busca. Estarás deslumbrante y tu magnetismo hará que una noche de bingo te toque un premiazo con el que irte a ese viaje que siempre has soñado. Allí un brujo local bendecirá el resto de tus días, que estarán llenos de michis adorables. Tendrás tiempo para dedicarte a todos tus hobbys, especialmente a uno que descubrirás esta temporada: tallar jabones inspirados en 'Camp Rock'.
Virgo: Después de quedarte sin entradas para el musical de Mecano te has obsesionado con ir a Eurovisión. Tampoco tendrás suerte con ello pero conocerás a un eurofan por una web de apuestas que te hará plantearte tus prioridades en la vida. Además de escuchar ABBA non stop, optarás por el veganismo, pasarte al analógico y hacerte un mulet o una permanente. Después de escuchar 'ZORRA' con varias copas de más en la discoteca te dará por escribirle a alguien de Tinder que te romperá de nuevo el corazón, pero lo llorarás con estilo escuchando 'The winner takes it all'.
Libra: Serás víctima de una estafa piramidal por entrar a páginas web de dudosa procedencia. Aún así, estás determinado a disfrutar de la vida con lo que te queda en la cuenta y decidirás apuntarte a clases de surf, una nueva pasión que desbloqueará tu versión más garrula. Te dejarás un pelo extraño para verano con unas carillas más brillantes que tu futuro. Acabarás pareciendo Julio Iglesias pero cogerás las olas como nadie. Tu vida sentimental será todavía peor que tus pintas y un ghosting te dejará tocado de ánimo.
Escorpio: Tus sospechas son ciertas, tu nuevo look despierta envidias y alguien está a punto de jugarte una mala pasada que te hará sacar tu lado más oscuro. Terminarás con una denuncia y una visitita a los juzgados, pero con el subidón de la adrenalina estarás imparable y reservarás un viaje a algún destino exótico para olvidar las penas. Allí conocerás a alguien que tras unas noches de pasión y desenfreno terminará desplumándote por parguela, así que tendrás que volver a comisaría para hacerte un nuevo DNI y bloquear todas tus cuentas.
Sagitario: Llevas un par de meses bastante aburridos pero un nuevo crush al que conocerás en el supermercado cogiendo brócoli dará algo de vidilla a tus días. No porque te vaya a hacer caso, sino porque la cosa irá desvariando y protagonizarás una traumática historia a lo 'Mi reno de peluche' (si no la has visto aún, deberías). Será breve pero intenso y te dejará fatal de la olla. Después de eso te centrarás en tí y llegarás a verano empalmando libros de autoayuda. Ánimo.
Capricornio: Tu obsesión por calcularlo todo no va a impedir que las cosas te salgan mal. Los astros no están de tu lado y es posible que tengas algún conflicto en el trabajo y en la peluquería. Un trasquilón poco casual te dejará fatal hasta verano y tu vida sentimental irá cuesta abajo porque costará mirarte. La cosa irá a peor porque una caída accidental en el gym podría dejarte sin palas. Al menos tendrás suerte en lo económico y Hacienda te devolverá un buen pastizal con el que te arreglarás la dentadura.
Acuario: A veces querer no es poder. Tu trabajo te satura y tu entorno más de lo mismo, así que reservarás una escapada en solitario para pasar unos días de desconexión. Terminarás en un retiro lleno de gente con dudosa estabilidad mental que te acabará convenciendo de que hagas reiki. A la vuelta, tu espiritualidad renovada hará que la líes parda prendiendo incienso. El amor se presenta sin novedades y terminarás yendo en solitario al concierto de Luis Miguel.
Piscis: Mi no tan queridísimo Piscis, no tienes remedio. La primavera altera aún más tu ya de por sí crítica personalidad y vas a estar neurótico perdido durante estos meses. El trabajo irá bien, pero tu energía desatada hará que algún que otro compañero te eche un valium en el café para que te calles un rato. Recibirás una agradable sorpresa cuando alguien de tu entorno te regale un vale para un spa o una escapada. Todo sea por mandarte lejos un rato. Qué descanso.
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Marta
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