![La goma del bikini](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/05/09/mika-baumeister-jbHLLCgWs3M-unsplash-kXzE-U22065746733RsH-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Hola capturadores
Que el paso del tiempo es inexorable nos lo recuerda cada año la goma pasada de ese bikini que lleva todo el año guardado en la bolsa de los bañadores. Cuando lo metiste ahí con el resto de trajes de baño, el otoño pasado, estaba perfecto. Habías conseguido quitarle las manchas de protector solar que suelen dejar huella de los muchos días de playa y piscina de la temporada. La parte de arriba y la de abajo no daban signos de agotamiento. Los colores estaban vívidos, el forro en su sitio y el cierre sin oxidar. Te sentías la Ordenatriz porque los habías lavado sin suavizante, bien secos y bien doblados. Pero este año, al ir a rescatar ese bikini que tan bien te recoge, para ir a pasar tu primer día de playa, la goma, por arte de magia, cruje. Se ha pasado. No da para más. Sucede también con los calcetines, ropa interior y todas esas cosas que llevan un elástico. Sin venir a cuento, un día dicen basta. Y ese día no hay vuelta atrás. La cosa no tiene más solución que aprovechar el pequeño drama doméstico para comprarse otro conjunto y aprender la lección. Nada dura para siempre y verano hay uno cada año.
En el de este año, que en un mes asomará la pata de verdad, aunque vivimos en un constante preludio estival de temperaturas, podremos ver «un nuevo panorama» por las playas. 2.795 euros te separan de ponerte dos nuevas tetas como dos carretas. Lo he visto en una lona que una clínica de estética ha instalado en una céntrica plaza madrileña. El anuncio presume de estar cambiando el paisaje de nuestros paseos marítimos. En concreto, el de los balcones de las mujeres. O los escotes. Llámalo como prefieras. A eso nos reducen. A mero mobiliario urbano. A la decoración de unas playas a las que tenemos que acudir para ser observadas. O para que otros disfruten con las vistas que ofrecemos. Al cierre de esta carta, ese espantajo de lona seguía colgado en su sitio. Y mi bikini con la goma pasada. Y aunque en unos días iré a buscar uno nuevo, en principio o tengo pensado cambiar mi fisonomía este año tampoco, así que si no hubiera sido por la goma, podría seguir usándolo. Quienes sí van a cambiar de talla son cada año más de 80.000 mujeres en nuestro país, un 60% de ellas, menores de 30 años. Algunas, entran en quirófano a aumentarse el pecho en cuanto cumplen los 18.
Las empresas nos tienen caladas. Y calados. Porque aunque las mujeres somos el objetivo mayoritario de las operaciones bikini, todos somos un blanco ideal para hacer negocio. O mejor dicho. Para hacerlo con nuestros eternos complejos. La primavera es una estación terrible para quienes no se entienden con su cuerpo, que somos casi todos. El termómetro nos despoja de las primeras capas de ropa y nos hace enseñar las primeras de piel. Y ahí, a algunos les dan ganas de vestirse como aquella novia que tuvo uno de los hijos de Julio Iglesias: con una sábana, de fantasma. El calor sitúa a algunas personas frente a su peor enemigo, que siempre suele ser ellos mismos. Nadie es tan duro con nuestro culo, nuestra tripa o nuestras rodillas como lo somos cada uno de nosotros frente a un espejo. Siempre me gusta decir a la gente la verdad: que nadie nos mira. Nadie está pendiente de los tres pelos por los que no te has dejado ir a la playa. Ni de las 75 estrías por las que te pones un pareo para ir a pasear por la orilla. Ni de las canas que no te has tapado este mes y que te impiden cogerte una coleta. Lo leí el otro día en un post viral de redes. El día que te mueres nadie pondrá en tu despedida un mensaje que diga: «Mari Carmen, 39 años. Tenía celulitis. Pesaba 62 kilos».
Y es que nadie está pendiente de tu cuerpo. Nadie recuerda dónde tienes flacidez. Nadie está mirando las manchas de tu cara. Ni el diente que sobresale de tu sonrisa. Ni las estrías que te dejó haber perdido 20 kilos con la dieta de moda, ni la cicatriz de aquellas cesárea. Nadie está pendiente de que no lleves el pelo como recién planchado. Ni siquiera que te lo hayas planchado. Ni que el colorete que te has esparcido por las mejillas como has podido esta mañana no sea el último de Charlotte Tilbury. Ni si se te ha cuarteado el quitaojeras. Porque nadie está pendiente ni de que te lo hayas puesto. A veces hay una línea muy delgada entre la dejadez y la tiranía de la estética. Lo que a mí me dice que estoy buena son las analíticas perfectas que tengo.
Lo que sí recordará quien no sólo te juzga por tu imagen es lo bien que se lo pasa contigo. Las ocurrencias que siempre nos hacen reír a tiempo. Aquella receta de lasaña riquísima que le diste. Aquella botella de vino épica que os bebísteis en tu casa. O aquella cogorza que os cogísteis en una boda a la que no querías ir porque no tenías nada que ponerte que no te hiciera sentir gorda. Yo este año voy a ver si cambio de verdad el panorama de la playa. Pero con una sombrilla nueva. Que a la del año pasado le ha pasado como a la goma del bikini. Que se le ha pasado la tela. Obsolescencia programada lo llaman. Así que voy a ser la más chula de la orilla. Nuevo modelito, nuevo parasol y las mismas estrías de siempre. La nevera tampoco la tengo que renovar. Que las cervecitas que marcarán el día no se enfrían solas. De la celulitis nadie se acordará. Porque nadie nos mira. Ah y recuerda una cosa. Nunca se llega tarde a ningún verano.
Y aquí van unas cuantas recomendaciones para que pases bien la semana.
Flores. Una de las cosas buenas de la primavera, si no eres alérgico, claro, es la cantidad de flores que llenan los jardines y espacios verdes de la ciudad. Las floristerías también da gusto verlas. Así que te traigo un plan con flores que te pueden hacer pasar una mañana bien entretenida y, sobre todo, una prenda con un bonito estampado. Y es que en la floristería De Fulanito y Menganita de Valencia han organizado un taller de estampación Hapa Zome con @nenaplantsflow Es el sábado 18 de mayo a las 11 de la mañana. El precio es de 65 euros. Y este tipo de eventos suelen tener super buen ambiente.
Artes. Lo que también te va a alegrar la primavera es el Festival cultural Diez Sentidos, que ha empezado esta semana y sigue durante toda la que viene. El lema de este año es 'Por la Cultura', y aunque la base principal del certamen es la danza, hay tantas actividades que seguro que alguna te cuadra. Mira, yo fui el martes de esta semana al Certamen Coreográfico y me explotó la cabeza. Había gente de muchísimos países, que habían sido seleccionados de entre 900 propuestas, que vinieron a Valencia a dejar constancia de por dónde va la danza contemporánea. A una persona como yo, formada en el ballet clásico, la descuadra. Pero te hace ser consciente del talento que nos rodea. Hay entradas para muchos de los espectáculos. Y encima, son baratísimas. Yo voy esta noche a ver a la compañía Francesca Grilli.
Podcast. Si has ido al cine a ver La Casa o si estás pensando en hacerlo, lo que te traigo es para ti. O puede que sólo hayas leído el cómic de Paco Roca. También me vales. Y es que en LAS PROVINCIAS hemos estrenado esta semana un relato sonoro sobre la obra del ilustrador valenciano. Una delicia de episidio sobre la casa real en la que se basó la obra que puedes escuchar aquí. Lo han pilotado Carmen Velasco y Mikel Labastida, que son dos de los colaboradores de esta carta a los que conocéis de sobra. A mí me ha encantado. Y me encantaría que lo escucharas tú también. Porque todos tenemos recuerdos en una casa que se ha convertido en especial para nuestra familia. Dura 20 minutillos y te deja con una sonrisa. Nada de ruido.
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Marta
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