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«La idea era mostrar los lugares a los que yo iba porque siempre me ha gustado viajar», comenta Laura Montesinos, de Valencia, sobre la ... creación de 'Viajar entre líneas', que acumula 20.700 seguidores. De seguir con este proyecto, seguramente, habría sido un Instagram más de viajes, en esos en los que se muestran paisajes idílicos, rutas increíbles e imágenes de postal. Pero la muerte de su marido, hace tres años, truncó su vida. «Llega un momento en el que hablar sobre viajes no me llenaba», reconoce Laura, médica de familia en un centro de salud valenciano. «Necesitaba expresar todo lo que llevaba mi corazón dentro» porque estaba atravesando «un cambio importante en mi vida», recuerda.
Por esa razón, decidió darle un giro radical a la cuenta. Quería contarle al mundo lo que estaba viviendo y mostrar que «se puede ser feliz en el sufrimiento» y que existe «belleza en el dolor». Así nace el nuevo 'Viajar entre líneas'. Un perfil que ya no se dedica a recomendar lugares de ensueño. «El viaje más importante que podía contar no era a Japón, Hong Kong o Nueva York. El viaje más importante era el viaje de mi vida». Por eso decidió mantener el nombre, aunque con otra esencia.
Laura habla de la vida, pero también da voz a la muerte. Para ella, la sociedad da la espalda y suele vivir «ajena a la muerte» porque «cuando estás en la vorágine de la vida no te paras a pensar en ella». Para ella, el sufrimiento forma parte de la vida y «debemos enfrentarnos a él y darle sentido». Laura también habla del amor como motor del mundo, porque para ella «quien ama es feliz».
Sus palabras inspiran, ayudan y hacen reflexionar. «He querido crear un lugar en el que la gente se pueda sentir inspirada y reconfortada en su día a día». Una rutina en la que conviven el sufrimiento, el dolor, la alegría y la empatía. Por eso no quiso ser un perfil más en el que mostrar el lado bueno de las cosas: «Quería transmitir que me he quedado viuda con 32 años, pero que quiero seguir viviendo», cuenta Laura. «La gente ve a una viuda, o alguien que ha perdido a un hijo, y piensa que tienen mala suerte o que son desgraciados», relata la médica, que apostó por vivir porque «la vida va mucho más allá de las cosas que tenemos en la tierra», afirma. «Me he hecho más pequeña, pero, paradójicamente, eso me ha ayudado a crecer», explica para hablar de cómo se siente tras la muerte de su marido.
El proyecto de Laura nació hace unos años fruto de su pasión por los viajes. Desde pequeña, la valenciana quiso recorrer el mundo con su cámara de fotos. La muerte de su marido supuso un giro radical en su vida. Con poco más de treinta años, dice conocer lecciones que suelen aprenderse con otros treinta más y quiere ayudar a los demás desde su experiencia.
«Sigo sufriendo», aclara Laura, pero confiesa que ha aprendido a vivir con ello. Para explicar este duelo cita una frase: «La cruz duele, pero no hace daño». Y repite, en varias ocasiones, esta sentencia en su cuenta de Instagram porque dice ser el resumen perfecto de lo que ha vivido ella. Además, ha dejado de darle tanta importancia al futuro y cree que la felicidad reside en pequeños momentos. «Mi vida nunca va a ser igual, pero pueden venir otros planes y no me los quiero perder», confiesa al hablar tanto de ella como de su hija.
La gran mayoría de las personas que siguen su perfil de Instagram son mujeres. Tanto creyentes como no, pero dice que todas ellas, cuando leen sus publicaciones, «encuentran paz». Es una terapia. Laura se ayuda a sí misma y ayuda a los demás: «Es un salir del 'yo' para ayudar a los demás». La religión, sus valores y sus creencias han hecho que pueda darle sentido a la pérdida, a la ausencia y al dolor: «No tengo ningún problema en decir que creo en Dios porque es el que me ha ayudado a vivir como vivo hoy».
Laura utiliza su cuenta como una ventana al catolicismo. Con sus seguidores reza el rosario y comparte oraciones. «La iglesia es muy grande», subraya. Y ella, desde su «pequeñez», puede compartir sus creencias y crear 'feedback' con los seguidores, apoyarse mutuamente y vivir la fe de otra manera. Además, cree que es la mejor forma de llegar a los jóvenes porque en Instagram «se puede evangelizar». Según la médica, nota que los más jóvenes se están no solo acercando, sino también conociendo a Dios a través de este tipo de cuentas. «Otros perfiles te venden ropa, yo no vendo nada», asegura Laura, «pero puedes ver cómo vivimos las personas que creemos en Dios y que le damos el sentido sobrenatural y trascendente a la vida».
En su opinión, «está habiendo ahora una revolución de los católicos», afirma para referirse al aumento de cuentas que ofrecen este tipo de contenidos al que creyentes (y no creyentes) pueden acudir. «Mucha gente lee mis historias y, sin querer, -o queriendo- se acercan a Dios. Otras, están encontrando un sentido a su vida como yo lo he encontrado». Esos valores son el eje central de su proyecto de vida: «Quiero mostrarle al mundo que lo que me pasa tiene un fundamento y que es la fe», dice, «si no encuentras un sentido a tu vida, ¿cómo vas a afrontar tus problemas?».
Quién es: Es valenciana y se llama Laura Montesinos. Se dedica a la medicina de familia.
El momento: Hace tres años, su marido murió y desde entonces ha dado un cambio a su vida.
Instagram: Su cuenta de Instagram, llamada 'viajarentrelineas', se ha transformado desde entonces y se ha convertido en un lugar donde encontrar paz.
Frase: La frase que más repite en su cuenta es 'La cruz duele, pero no hace daño'. Esta médica cree que es el resumen perfecto de sus vivencias.
Futuro: Laura Montesinos ha dejado de darle importancia a lo que va a venir y tiene muy interiorizado que la felicidad reside en pequeños momentos.
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