Mery Turiel, moda, fotografía y vinos con sabor valenciano

El mundo de las redes sociales es un gran escaparate en el que cada uno muestra o, más bien filtra, lo que quiere que la comunidad internauta vea. Llegar a ese expositor es sencillo. Basta con crearse un usuario y compartir fotografías. Pero la dificultad, reside, no obstante, en destacar y en hacerse un hueco en una plataforma con infinidad de oferta y gran competencia.

En esto, María Turiel (@meryturiel) es experta. Basta con teclear su nombre en cualquier buscador y las cifras hablan por sí solas. 875.000 seguidores en Instagram en el momento de redacción de este artículo, una cantidad que no cesa de aumentar.

La creadora digital ha conseguido reunir a una comunidad atenta a sus pasos, devota de sus estilismos y fiel a su día a día. Prenda que se pone, prenda que se agota al instante. Las marcas son conscientes de ello y por eso es un gran reclamo publicitario de algunas de las firmas más importantes a nivel nacional.

María es madrileña, pero se mudó de pequeña a Valencia, ciudad con la que guarda una relación especial. Entre sus publicaciones, se pueden encontrar varias instantáneas captadas en la capital del Turia, de la que siempre destaca su luz, su magia y, sobre todo, el mar. «En Valencia me escapaba muchos días a la playa en invierno. Una playa casi siempre vacía y en calma que me ayudaba a ordenar mi cabeza», confiesa la joven, que se independizó con 20 años «para descubrir con mis amigas de qué iba la vida» porque no sabía «ni por dónde empezar».

Aunque ha vuelto a Madrid para desarrollar su carrera, recuerda siempre con añoranza el lugar que la ha visto crecer. La joven de 27 años comenzó Administración de Empresas (ADE) en la Universitat de València (UV) sin demasiada motivación, por seguir el camino convencional de colegio, Bachiller y Universidad; un esquema trazado en la cabeza de muchos adolescentes que, como María, no saben realmente qué estudiar y no conciben, en ese momento, otra alternativa que no sea un grado universitario.

El hastío que sentía la joven por la carrera lo contrarrestaba con su verdadero pasatiempo: la moda. No obstante, nunca pensó que lo que empezó como un 'hobby' se convertiría en su manera de vivir. Comenzó compartiendo sus estilismos hace seis años en Instagram y obtenía buenas respuestas. Gustaba. Gustaba mucho y, no solo eso, sino que era imitada y copiada. En un año, pasó de ser una desconocida a sumar 100.000 seguidores. El resto es historia.

Pero, ¿qué tiene la madrileña con alma valenciana que no tenga el resto? La respuesta es fácil. Cercanía, naturalidad y, sobre todo, tacto. Las redes sociales son un espejo en el que se tiende a mostrar la parte más superficial de cada persona. María, sin embargo, rompió con esa tendencia y muestra el lado más humano. La creadora ha logrado un perfil que es referente para los amantes de la moda, pero aporta un elemento diferenciador. Además de abrir su armario cada día a sus seguidores, incita a la reflexión y al cultivo de la mente y ha conseguido hacer viral la lectura. Prácticamente, no hay ninguna publicación que no vaya acompañada de un texto, algunas veces dando voz a otros autores y en otras, siendo ella misma la que está detrás de cada palabra. No tiene miedo a mostrar su lado más íntimo y personal, compartiendo escritos que la definen. Fiel lectora desde pequeña, asegura ser el resultado de cada libro con el que se ha emocionado, cada película que ha visto y cada canción que ha escuchado.

Hace dos años, se lanzó a ponerse frente al papel y nació 'Iki', una recopilación de sus pensamientos, batallas internas y externas, sus desilusiones y prejuicios, pero también sus victorias. Una obra en la que «encontrar vida», comenta María. Esta reflexión es la que da, precisamente, nombre al libro. Ikigai es una palabra japonesa formada por Iki (vida) y Gai (que tiene valor). Su traducción es aquello por lo que vale la pena vivir.

Se considera 'influencer' porque es el término que se utiliza para aquellas personas con determinada presencia en redes sociales y con un número considerable de seguidores. No obstante, ella prefiere decir que no lo es y que se dedica a inspirar y compartir lo que le gusta.

Esta devoradora de libros y defensora de la cultura ha dado un paso más y se ha convertido en empresaria. Además de su pasión por la literatura, el cine y el teatro, es una amante de las sobremesas con amigos y seres queridos y ha querido representar este concepto con su propio vino.

Así, tras meses de trabajo, ha creado Mute Pink Moscato, «un vino con el que sentarse a hablar durante horas, lejos de los teléfonos y desconectar». Se trata de uno de los pocos Moscatel Rosado español y, probablemente, el único orgánico. El proyecto surge de la alianza de la 'instagramer' con el equipo de The Wine Place, de Valencia. A la uva blanca Moscatel que caracteriza estos vinos le han sido añadidas algunas uvas tintas de la variedad autóctona Bobal. Esto es lo que le dio al mosto un tono rosado que se fermentó posteriormente a baja temperatura para conservar la frescura y los aromas maduros. La botella cuenta con un detalle de lo más cuidado, un tapón a modo de joya que recuerda a la forma de un perfume clásico.

1. Edad: 27 años.

2. Lugar: Es de Madrid pero se mudó a a Valencia de pequeña. Ahora ha vuelto a la capital.

3. Estudios: Comenzó la carrera de ADE en la Universidad de Valencia

4. Básicos de su armario: Pantalones vaqueros, americanas, camisetas con espalda al aire, vestidos largos y unas Converse o Vans.

5. Tiendas de ropa favoritas: Mango, Zara, Asos, Calzedonia y Rat & Boa.

6. En su tiempo libre: Le gusta leer, ir al teatro, al cine, la moda, viajar y las sobremesas con buena compañía.

7. Secretos: Le gustan las palabras que no tienen una traducción exacta en español.

8. Está obsesionada con: El mar, los atardeceres y los zapatos.

9. Tipo de música que escucha: La M.O.D.A, Sidecars y el indie español en general, The Killers, Kings of Leon.

10. Tres adjetivos que la definen: Soñadora, sensible y luchadora.