CLARA ALFONSO
Jueves, 18 de noviembre 2021, 01:23
Cada vez son más las personas concienciadas con la importancia de cuidar y proteger el medio ambiente. De hecho, algunos de los sectores más ... contaminantes, como es el caso del textil o el del mueble, comienzan a tomar nota sobre nuevas tendencias de reciclaje a la hora de producir sus diseños. Pero, no solo se trata de una práctica que deben adoptar las grandes empresas, sino que es una necesidad que debemos asumir como propia y aplicar en nuestro día a día.
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'Upcycling', 'downcyclig' y 'zero waste' son tres conceptos que quizás desconozcas y que tienen que ver con el reciclaje, y que van mucho más allá del hecho de separar los residuos en casa para contribuir al cuidado del ecosistema.
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También conocido como suprarreciclaje, consiste en el aprovechamiento de objetos o materiales considerados inservibles, para otorgarles una segunda vida y convertirlos en productos de mayor valor. O lo que es lo mismo, transformar residuos en objetos de valor. ¿Y cómo se consigue? Utilizando la imaginación como recurso creativo y transformador.
Se trata de una tendencia necesaria, además de interesante. El hecho de no tener que transformar unos materiales en otros (como sucede con el plástico y el vidrio) para conseguir un producto nuevo, reduce significativamente los costes de producción así como la energía necesaria para ello, dos factores que postulan entre las principales causas de contaminación.
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En la actualidad, resulta muy fácil encontrar ejemplos de suprarreciclaje aplicables en nuestro día a día, pero sin duda alguna, es una práctica que triunfa en dos sectores: moda y decoración. Dos ámbitos en los que la imaginación y el ingenio son clave.
Customizar una chaqueta vaquera con bordados, parches o trozos de otras prendas, diseñar un bolso a partir de unos vaqueros viejos o teñir camisetas descoloridas por los lavados, son solo algunas opciones con las que puedes transformar tu armario y reducir el sobreconsumo de una de las industrias más contaminantes del planeta.
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Convertir botellas de vidrio en floreros o en lámparas, envases de conservas en portavelas, diseñar tus propios muebles a partir de 'pallets' o incluso restaurar una bicicleta antigua para convertirla en un precioso macetero, son otras opciones para dar una segunda oportunidad a objetos a los que no les das utilidad.
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Es un método de reciclaje, también denominado infrarreciclaje, en el que se transforman residuos o materiales que ya no sirven para lo que estaban diseñados, pero que pueden ser transformados en otros materiales o productos de menor calidad.
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El downcycling resulta muy interesante puesto que el aprovechamiento de materiales ya utilizados, supone una reducción sustancial del impacto económico al no requerir de la extracción de materia prima. Sin embargo, sí que es necesario recurrir al uso de energía adicional para transformar el producto original en otro completamente distinto.
Aún así, sigue siendo una buena práctica que contribuye a reducir el impacto en el medio ambiente y un modo de devolver al ciclo económico materiales que habían finalizado su vida útil en su estado original.
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Un buen ejemplo de infrarreciclaje sería el papel, que puede transformarse en otros papeles de menor calidad, como el cartón o el papel higiénico. También es un buen ejemplo de reciclaje cuando, algunos plásticos usados en alimentos que ya no pueden reutilizarse para el mismo fin, se mezclan con otros plásticos, se procesan y se emplean para construir juguetes.
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Otro de los movimientos que están calando en la sociedad y que tiene que ver con el cuidado del medio ambiente, es el 'zero waste' o residuo cero.
Un concepto que persigue un modelo de vida sostenible en el que se reduzcan al máximo los residuos que generamos y que se basa en la regla de las 5 erres: rechazar lo que no necesitamos (plásticos, papeles de un solo uso, etc.), reducir lo que necesitamos y no podemos evitar (ropa, productos cosméticos o de limpieza, etc.), reutilizar los envases y materiales, reciclar lo que no podemos rechazar ni reducir y reintegrar, es decir, compostar los restos orgánicos para luego utilizarlos como abono.
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