Son las nueve de la mañana. Bullicio y prisas reinan en la entrada principal del colegio La Salle de Paterna. Como en tantos otros centros, como en muchos parques o cafés de primera hora, el tema de conversación entre padres y madres de corta edad ... es el inminente proceso de vacunación contra el coronavirus que se iniciará el miércoles y que afectará a los menores valencianos de entre 5 y 11 años.
Amparo Cañada, vecina de Valencia, es madre de una niña de 7 años. «Tengo miedo, pero creo que sí la vamos a vacunar. Por un lado tengo miedo por la incertidumbre y posibles efectos secundarios, pero quiero ponerle la vacuna porque su pediatra me lo ha aconsejado y confío plenamente en él». Además de la propia salud de la niña, la valenciana espera un beneficio colectivo: «Que acabemos con la pandemia de una vez a ver si podemos controlarla».
A pocos metros, Jenny Florian, de Paterna, acaba de dejar en el cole a su hijo de la misma edad. «Sí quiero que le vacunen. De momento es lo único a lo que aferrarnos», razona. «Lo importante es que acabemos con esto de una vez entre todos y si todos estamos vacunados nos inmunizamos. La vacunación de mi hijo puede ayudar al bien colectivo». Pero eso «no quita que tenga miedo». El niño «sí que quiere», describe la madre. «Él ya decía que los niños estaban en desventaja porque los mayores estaban vacunados y los pequeños no».
Noelia Molina, de Valencia, es madre de dos mellizos de 7 años, «Si te soy sincera no sé que hacer… No las tengo todas conmigo. Por una parte sí quiero, pero por otra no. Sí porque tal y como se están poniendo las cosas es conveniente y el no porque no tengo la fiabilidad que me dan otro tipo de vacunas». Con su otro hijo mayor de 16 años años «no he dudado, pero con los pequeños creo que vamos a esperar».
¿Qué piensan los más pequeños? Hugo, de 11 años y estudiante de Quinto de Primaria, también es un mar de dudas. «Quiero la vacuna porque si cojo el Covid será sólo un constipado pequeñito, y por otro lado no porque puedo tener fiebre después de la vacuna, pero no tengo miedo al pinchazo». Para su prima María, de 8 años, como a tantos de su edad, la jeringuilla es la única causa de preocupación y tribulaciones.
La madre de María, Beatriz Lledó, quiere vacunarla. «Tengo mis reticencias, pero creo que acabaré haciéndolo. Tampoco veo que los niños lo pasen tan mal cuando pasan el Covid y por tanto no hay tanto beneficio en vacunarse, pero creo que al final la vacunamos para quedarnos todos más tranquilos en casa y lograr un beneficio social».
La de Hugo alberga otra preocupación. «He recibido la noticia con alegría. Me parece muy importante la vacunación de menores y me quedo más tranquila sabiendo que mi hijo está vacunado, pero tengo una duda. Él cumple 12 años pronto, el 2 de febrero, y se me presenta la disyuntiva de si esperar a que los cumpla para que tenga la dosis completa y no la infantil, pues tiene un peso ya muy cercano a un niño adolescente».