No todo vale en la Cirugía Estética

No todo vale a la hora de realizar cambios estéticos. Sobre todo cuando se habla intervenciones quirúrgicas, que deben estar asesoradas por profesionales médicos especializados y contar con toda la información necesaria y todas las garantías de seguridad para los paciente. En España la cifra media de intervenciones estéticas al año ronda las 400.000, según los últimos datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE) antes de la pandemia. La tendencia hace pensar que el número de operaciones de cirugía estética siga creciendo en España en los próximos años, lo que enciende la luz roja sobre una posible banalización de estas intervenciones.

El informe de la SECPRE indica que, en términos de cirugía estética, lo más demandado actualmente en nuestro país es el pecho, donde podemos englobar el aumento de senos seguido de la reducción o la elevación de mamas. La liposucción está en el segundo escalón, seguida de cirugías en nariz, orejas, ojos, o pómulos. «La banalidad con la que accede hoy en día a la cirugía estética hace que se crea que todo se puede y no es así. Hay que entender que el buen cirujano plástico es el que aúna las necesidades o expectativas del paciente y las posibilidades técnicas, ya que en ocasiones no es posible hacer lo que los pacientes quieren», concreta el doctor Ramón González-Fontana, que avisa de que, en este sentido, «también entra en juego la ética del cirujano».

Antes de realizarse una intervención estética, la SECPRE recomienda ponerse en manos de un profesional acreditado y huir de posibles intrusismos. «Debe tratarse de un médico especializado en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora con título oficial y con una experiencia demostrada», incide el doctor González-Fontana, con más de 25 años de experiencia dentro de este campo y consulta en la ciudad de Valencia. Esa primera comprobación es sencilla: basta con acudir a la web de la Organización Médico Colegial, donde hay un listado de colegiados registrados y en el que están todos los especialistas de este tipo de cirugía de nuestro país.

Una vez realizada esta comprobación básica, aunque fundamental, el doctor González-Fontana recomienda al paciente informarse sobre las técnicas que se utilizarían en una posible intervención y que haya una buena comunicación médico-paciente. «El paciente debe informar claramente de qué es lo que quiere antes de comenzar el proceso, ya que a veces y a causa de la banalidad actual alrededor de estas intervenciones se puede llegar a pensar que la cirugía estética lo puede todo, y hay cosas que no puede hacer. Hay quien piensa que lo importante no es el cirujano, sino la operación. Por eso hacen un recorrido entre cinco o seis cirujanos plásticos a ver qué les dicen. Por el contrario, esa gente no se iría a cinco o seis dentistas o a cinco o seis cirujanos generales a ver quién opera mejor una hernia. Que una operación sean tan banal que la gente decida donde la hace por el precio y no por la profesionalidad y el resultado no cuadra», remarca.

Antes de comenzar el proceso que debe conducir a una operación de Cirugía estética, es necesario que haya un estudio previo, en el que se dé al o la paciente toda la información necesaria para que entienda las implicaciones que supone una intervención. Esta cuestión que podría parecer básica, no se da en la actualidad en muchas ocasiones, tal y como advierte el doctor González-Fontana: «Una operación de aumento de pecho se cree hoy en día tan banal que puede llegar a compararse con comprar un traje, pero puede ser más compleja que una apendicitis o una hernia. Las pacientes deben tener un posoperatorio reglado y es necesario un seguimiento durante el mismo, así como facilitarles toda la información que necesitan. Posteriormente, son necesarias las revisiones por lo menos durante el primer año , para ver cómo están y cómo van evolucionando. Sin embargo, en muchas ocasiones, las pacientes no entienden la información que le indica el especialista y, por el contrario, dan más importancia a una información procedente de fuentes externas no médicas, y que les pueden llevar a falsas expectativas».

Esta excesiva banalización hace que pueda parecer que da igual dónde operarse o con qué equipo médico realizarlo. Aquí es donde entra en juego el llamado turismo sanitario y el influjo cada vez más potente de países como Turquía o Colombia a la hora de realizar intervenciones estéticas a bajo precio. «Es necesario un control exhaustivo antes de operar y es importante y recomendable hacerlo en el país donde reside la paciente», remarca el doctor González-Fontana, quien incide en lo importante que es atender las necesidades posoperatorias de cada paciente, para afrontar con la máxima seguridad y cercanía cualquier imprevisto no deseado tras la intervención, así como para tener un buen control de la evolución durante todo el posoperatorio.

«Algo falla cuando la gente no entiende que se trata de intervenciones quirúrgicas y, como tales, tienen un coste. Un hospital valenciano de nivel no tiene los mismos costes que un hospital de un país como Turquía o de una clínica sin control. Hay que contar con un cirujano que esté especializado, un equipo quirúrgico multidisciplinar y el dinero no debe ser lo más importante», expresa el doctor González-Fontana.

Los profesionales de la cirugía estética avisan del influjo de las redes sociales y de la realidad sesgada que transmiten. «En ocasiones, esa visión banal está alentada por algunos médicos que transmiten que, por ejemplo, tras una operación de aumento de pecho se puede hacer vida normal al día siguiente, cuando por el contrario, es necesario un reposo durante las semanas posteriores a la operación para la buena recuperación y un buen resultado», como se presupone en cualquier cirugía, explica el doctor González-Fontana. Se trata de un contexto en el que el cine, las series y la televisión transmiten una visión acelerada y sin complicaciones de las operaciones estéticas y donde se confunde tratamientos estéticos con cirugía.

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