El moho negro es un enemigo frecuente en los hogares, especialmente en lugares con humedad elevada, como baños y cocinas. Este tipo de moho se forma principalmente en las juntas de las baldosas, donde encuentra las condiciones perfectas para crecer: humedad, falta de ventilación y restos de suciedad. Además de ser desagradable a la vista, puede convertirse en un problema de salud al liberar esporas que pueden causar alergias, problemas respiratorios y, en algunos casos, infecciones. Combatirlo es fundamental no solo para mantener un espacio limpio, sino también para proteger la salud de quienes habitan la vivienda.
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El moho negro, o Stachybotrys chartarum, es un hongo que prospera en superficies húmedas, donde se alimenta de restos orgánicos acumulados. Las juntas de azulejos, al estar expuestas a humedad constante, resultan ser el ambiente ideal para su crecimiento. Si bien existen productos de limpieza específicos, la acumulación prolongada de moho en estas superficies puede hacer que su eliminación sea más complicada. Además, el moho es propenso a propagarse rápidamente si las condiciones de humedad no se controlan, por lo que un área pequeña puede acabar extendiéndose si no se trata a tiempo.
A la hora de enfrentarse al moho negro, muchas personas recurren al vinagre o al amoníaco, ya que son productos conocidos por sus propiedades desinfectantes. Sin embargo, los expertos han encontrado un método alternativo que es tanto efectivo como fácil de aplicar: una solución de bicarbonato de sodio y agua.
El bicarbonato es un producto alcalino que, al aplicarse en las juntas, elimina el moho y desinfecta sin necesidad de recurrir a productos químicos agresivos. En este sentido, para preparar una solución que acabe con el moho, tan solo tienes que mezclarlo con agua hasta conseguir una pasta espesa.
A continuación, con un cepillo pequeño, como un cepillo de dientes viejo, aplica la pasta sobre las juntas con moho, frotando suavemente para que penetre bien en las áreas afectadas. Deja actuar la mezcla entre 15 y 30 minutos, tiempo suficiente para que el bicarbonato elimine el moho de manera efectiva y sin esfuerzo. Después, enjuaga la zona con agua tibia y sécala bien para evitar que la humedad propicie un nuevo crecimiento de moho.
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Además de ser efectivo, el bicarbonato es seguro y no deja olores fuertes, como puede suceder con el vinagre o el amoníaco. Aplicando este truco con regularidad, mantendrás las juntas limpias y libres de moho de manera sencilla y sin exponerte a químicos fuertes.
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