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Marina Costa Cuello
Martes, 29 de abril 2014, 12:14
El robo de cables se ha llevado por delante más de setenta kilómetros de instalaciones eléctricas en Paterna en poco más de tres años. Con este material sustraído se podría cubrir el trayecto completo entre Valencia y Requena, por ejemplo. Una distancia 'delictiva' nada desdeñable.
La procedencia de este botín, tan apreciado para su reventa en el mercado negro y más en tiempos de crisis, es de lo más diversa. Cualquier instalación susceptible de llevar cobre atrae a los amigos de lo ajeno. Y Paterna, como le ha sucedido al resto de localidades, ha tenido que reemplazar el alumbrado de plazas, jardines, rotondas, dependencias municipales, carreteras, cruces, zonas de aparcamiento y hasta instalaciones deportivas como el campo de fútbol o el cementerio. Ningún lugar ha quedado vetado por el saqueo constante que ha dejado gastos también importantes. En estos años, la reparación y/o sustitución de estas infraestructuras ha costado a las arcas paterneras más de 177.000 euros.
Y es que destripar este tipo de redes no sólo incluye lo que es el material del cableado propiamente dicho. A parte, se contabilizan las llamadas mangueras, que también forman parte de la cubierta de este tipo de instalaciones, así como bombillas, cajas, portafusibles, portillas, bases, proyectores y hasta halógenos.
El aumento del robo de cable y el asalto a instalaciones ha ido paralelo al acuse de la crisis. De las cifras aportadas por el Ayuntamiento de Paterna, cabe destacar que en 2011 se arrancaron más de 18.390 metros de cable, lo que supuso un gasto aproximado en reparaciones de 47.800 euros. Los ladrones asaltaron la instalación del carril bici junto al polígono Fuente del Jarro, la pinada de Táctica, el cementerio municipal, el Parque Central, la rotonda del avión o los jardines y el aparcamiento del apeadero Los Molinos o el polideportivo de la carretera de Manises, entre otras muchas zonas.
Al año siguiente las cifras empeoraron al quedar afectados cerca de 27.000 metros de cable, con un coste en sustituciones y reparaciones de más de 70.000 euros.
Zonas afectadas
En este ejercicio se produjeron varias jornadas 'negras'. Una oleada de robos repuestos y contabilizados desde octubre hasta finales de año en el barrio de La Coma rondaron los 50.000 euros.
Los lugares elegidos por los ladrones fueron de lo más diverso. La calle Burriana, donde se sustrajeron 1.670 metros de cable, el campo de fútbol de La Coma (800 metros), el parque entre Serra D'Agullent y Tomás y Valiente, junto a Kinépolis, (2.800 metros) o el aparcamiento del apeadero Los molinos (otros 1.000 metros). A partir de 2013, la cifra global ha ido bajando y en este ejercicio se sustrajeron más de 22.900 metros de cableado, con un gasto de unos 59.500 euros. La plaza Llaurí en su totalidad se quedó a oscuras, el parque Santo Domingo Guzmán (900 metros de cable), el carril bici del polígono Fuente del Jarro desde el apeadero Los Molinos (más de 2.000 metros) o el cable de la piscina de la carrera de Manises, incluida la acometida de los vestuarios y el alumbrado, también fueron objetivo de los ladrones.
Los primeros informes de 2014 arrojan cifras que superan ya los 3.630 metros, con una valoración económica, hasta el mes de abril, de 7.102 euros.
Durante este tiempo, la vigilancia policial ha permitido pillar 'in fraganti' a varios ladrones. Uno de estos casos se produjo en enero del año pasado, cuando la Policía Local sorprendió a dos individuos robando de madrugada cable en la calle El Puig. Los agentes lograron detenerlos. La elección de zonas poco transitadas permite a los infractores operar durante horas.
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