«Sabía que sólo iba a salir de entre los toros rodando por el suelo»

Vicente Orts, vecino de Vinalesa de 55 años, es un fiel admirador de las fiestas de San Fermín. De hecho, lleva desde hace 34 veranos acudiendo cada año a los encierros de Pamplona. Por desgracia para él, ayer vivió su peor jornada en Navarra, ya que sigue en el hospital.

Conocido entre sus amigos como el 'Blanco', viajó hasta el norte de España hace unos días y, desde su habitación del Hospital Virgen del Camino, atendió la llamada de LAS PROVINCIAS. "Ahora mismo estoy peor psicológica que físicamente. Venir aquí requiere mucho tiempo de preparación y me da mucha rabia que pase algo el primer día", lamentó.

Lo indicaba tras ser pisoteado por la manada y romperse las dos piernas. Los astados llegaban a Estafeta desde la curva de Mercaderes y allí los esperaba Vicente, que supo de inmediato lo que le deparaban los siguientes segundos de su vida. Salió a la carrera delante de los morlacos de Torrestrella y "el cabestro me iba arrinconando hacia el toro que tenía al lado. Justo detrás venía otro". En ese momento, tenía claro que de la situación en la que se encontraba "sólo podía salir rodando por el suelo. No iba a correr más que los animales y he tenido la mala suerte de que me han roto las dos piernas".

Concretamente, tiene fracturado el peroné izquierdo, del que debe ser intervenido y la tibia derecha, que pese a la aparatosidad, ni siquiera le será escayolada. "Le pondrán una venda, porque la rotura es muy limpia", explicó su hijo David a este periódico, quien estaba convencido de que su padre volverá a Pamplona el año que viene.

En ese sentido, Vicente aseguró que así iba a ser. "Los Sanfermines son como mis vacaciones. No fumo, ni bebo. no tengo grandes gastos, pero disfruto viniendo aquí cada año. Llevo haciéndolo los últimos 34, doce con mi hijo, y lo volveré a hacer el próximo julio", confirmó.

De momento, se encuentra a la espera de que lo operen. Su intención es pasar por el quirófano en Pamplona, "no por una cuestión de que los médicos sean mejores o peores, porque seguro que son buenos en ambos sitios. Pero sé que aquí me intervendrán antes que si tengo que viajar y esperar a que tomen una decisión, de modo que la recuperación también terminará más pronto".

Su familia en Vinalesa ya está más tranquila que cuando vieron el revolcón. David (de 28 años) los llamó para tranquilizarlos. "Somos conscientes de que es algo que puede suceder cuando te pones delante de un toro. No somos nuevos en esto", señaló.

Los médicos pamploneses ya le han dicho que la recuperación será total "y podré hacer vida normal". Lo que no tiene claro aún es si podrá correr el año que viene. "A San Fermín voy a volver seguro. Espero empezar a prepararme cuanto antes y poder estar en condiciones para el encierro, aunque sólo lo haré si me encuentro bien, ya que no quiero ser una molestia para el resto de los mozos", admitió para insistir en que su "cabreo" es mayor que su dolencia. "Los miembros de la Cruz Roja me han visto enfadado y me han tranquilizado. Me han recordado que podría haber sido peor, que si me hubiesen pisado la espalda me podrían haber roto una vertebra y dejarme paralítico y tienen razón, pero estaba muy cabreado. Era el primer día y ya no puedo correr más. Hace dos años un toro me pisó el pie y me rompió el dedo, incluso perdí la uña, pero fue el quinto en el quinto encierro, no en el primero".

David reconoció que son conscientes de que una circunstancia como la que vivieron ayer "puede ocurrir". Vicente antes sí que iba a los bous al carrer de los pueblos, "como hago yo ahora", pero en estos momentos únicamente va por la fiesta, "sólo corre en Pamplona". En cuanto a la fractura, añadió "que hubiera preferido que fuera una cornada, porque en el 80 por ciento de los casos se recuperan en un mes, mientras que ahora va a tener que estar mucho tiempo en cama y varios meses para restablecerse por completo y él quiere volver el próximo año", insistió.