El Solitario acepta tres años por el atraco a un banco en L'Alcúdia

valencia. Jaime Giménez Arbe, conocido como El Solitario, aceptó ayer tres años y medio de cárcel por el asalto a una entidad bancaria en la población de L'Alcúdia. El juicio se celebró en el juzgado de lo Penal número 4. El acusado compareció por videoconferencia desde la cárcel portuguesa de máxima seguridad en la que se encuentra preso. Además, según informaron desde el Tribunal Superior de Justicia, el asaltante deberá pagar más de 8.700 euros al banco. La cantidad que se llevó como botín.

Los abogados de quien llegó a ser el delincuente más buscado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado explicaron a la agencia EFE que ya han iniciado los trámites para que el interno sea trasladado a una prisión española. Giménez Arbe fue condenado en Portugal a siete años de cárcel, que cumple en la penitenciaría de Monsanto en unas condiciones «pésimas», según los letrados. Sus representantes lamentaron que el Gobierno no trate este caso con la premura con la que media a favor de otros presos en el extranjero.

La fiscalía, tal y como adelantó LAS PROVINCIAS, solicitaba cinco años de cárcel por estos hechos. Consideraba que el Solitario había cometido un robo con intimidación y uso de arma con la agravante de disfraz.

El delincuente, como era norma habitual en todas sus acciones, trataba de ocultar su verdadero aspecto físico. Por eso, en su asalto en L'Alcúdia llevaba un bigote y perilla falsas. Además, la visera de una gorra le tapaba parte del rostro. Debajo de la chaqueta se colocó un relleno para aparentar mayor corpulencia. Además, simulaba estar cojo. Para reforzar su engaño, andaba con una muleta.

Nueva estrategia

El reconocimiento de los hechos por parte del Solitario constituye una novedad frente a la estrategia que había mantenido en otros juicios por atracos en España en los que siempre negaba las acusaciones, precisaron los letrados a la agencia EFE. Esta postura persigue no frenar su traslado a España.

El peligroso delincuente, que fue condenado por la muerte de dos guardias civiles en Navarra, completó un extenso curriculum delictivo con cerca de una treintena de robos en entidades bancarias por toda España. Se calcula que pudo apropiarse de un botín cercano a los 600.000 euros.

Las dificultades para identificar y detener al atracador fueron mayúsculas. El asaltante siempre cubría sus dedos durante sus acciones para no dejar huellas dactilares. Su actuación en la Comunitat Valenciana no se limitó a L'Alcúdia. En otro atraco en la Vall d'Uixó, un agente falleció en el tiroteo con Arbe por la bala perdida de un compañero.