Una profesora y cuatro alumnos, heridos por una explosión en clase de Química en un instituto de Valencia

Los experimentos fallidos y los pequeños percances en clase de Química son algo relativamente habitual que queda en la memoria de la infancia. Pero el sucedido ayer en el Instituto de Educación Secundaria José Benlliure de Valencia acabó con la entrada del colegio repleta de ambulancias, policías y hasta bomberos. La causa fue el estallido de un recipiente de cristal durante un experimento de la clase de Química, un accidente que se saldó con una profesora y cuatro alumnos heridos. Por fortuna, ninguno de ellos sufrió lesiones de gravedad, ya que los cristales no les alcanzaron en los ojos ni volaron a tanta velocidad como para afectar a partes internas de su cuerpo.

Los hechos se produjeron sobre la una de la tarde, en el número 13 de la calle Convento de Carmelitas, muy cerca de los jardines de Viveros. De repente, una fuerte explosión sorprendió a profesores y alumnos. Procedía del laboratorio de Química, una instalación de unos 30 metros cuadrados situada en la primera planta del centro docente.

Muchos alumnos que estaban en aulas próximas pensaron que se trataba de un petardo, pero los profesores se desplazaron al laboratorio y se encontraron con una situación alarmante: cristales por el suelo, algunos restos de sangre y tanto la profesora como varios alumnos aquejados por heridas y fragmentos incrustados en la piel...

¿Qué había sucedido? LAS PROVINCIAS trato de consultarlo a la dirección del centro. Secretismo absoluto. «No vamos a atender a la prensa», expuso escuetamente el conserje tras consultar a dirección. Otro miembro de la comunidad educativa llegó a afirmar: «No ha pasado nada. Ha sido un día normal».

Un profesor, sin embargo, aportó una explicación sobre el accidente cuando abandonó el centro. «Ha ocurrido durante un experimento en la clase de Química donde estaban unos quince alumnos de Tercero de ESO y su profesora». Al parecer, la docente de esta asignatura optativa, Ángela R. R., «estaba mostrando a los alumnos una práctica consistente en rellenar pompas de jabón con hidrógeno obtenido de una reacción química».

«Estamos todos bien»

Mientras la educadora manipulaba los productos químicos «el hidrógeno combustionó y estalló el matraz que lo contenía». El recipiente se hizo añicos y los fragmentos de cristal salieron disparados en todas direcciones. Este diario preguntó a la propia docente para saber, de primera mano, cómo sucedió el accidente y qué pudo fallar. Declinó ofrecer explicaciones. «Estamos bien y esto no ha tenido importancia», fue lo único que expuso la herida sin ahondar en el porqué.

La Conselleria de Educación, consultada igualmente, ha abierto una investigación para aclarar cómo se produjo el accidente. Lo que sí se sabe, a ciencia cierta, es lo que sucedió después. La dirección del centro avisó al 112 mientras los profesores se volcaban en auxiliar a los chavales y a su compañera de trabajo, tranquilizándolos hasta la llegada de los equipos de emergencia.

Despliegue policial

En pocos minutos, llegaron al lugar dos ambulancias de la Conselleria de Sanidad, bomberos de Valencia, policías nacionales y agentes municipales del retén de Benimaclet. Entre todos asistieron a las víctimas y se entrevistaron con testigos para tratar de aclarar lo sucedido.

El personal sanitario atendió a seis personas, tanto la profesora de 49 años como alumnos de entre 14 y 16 afectados por cortes, trozos de cristal incrustados en la piel e inhalación de ácido clorhídrico. Esas lesiones de poca profundidad les alcanzaron a casi todos en brazos y manos. «Sólo una alumna tenía un corte pequeño en el labio que sangraba y nos asustó un poco, pero luego comprobamos que la herida no era grave», aclaró un profesor

Salvó una menor atendida en el colegio que acabó con el brazo vendado, el resto de víctimas fueron trasladadas, por prevención, al Hospital La Fe. Pero ninguno quedó ingresado. Recibieron el alta a las pocas horas, una que vez los médicos curaron sus heridas y les retiraron los restos de cristales.