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JAVIER MARTÍNEZ
Martes, 24 de mayo 2016, 00:05
Los dos hermanos septuagenarios que fueron encontrados muertos en su vivienda de la calle Císcar de Valencia, Araceli Oliva Bellido y Juan Carlos Oliva Bellido, estaban atados y envueltos cada uno en una bolsa para un supuesto traslado de los cadáveres. El presunto plan del asesino de deshacerse de los cuerpos o de retrasar varios meses el macabro hallazgo lo frustró un vecino el domingo al mediodía, cuando llamó a la policía tras detectar el hedor procedente de la putrefacción.
Todo parece indicar que la persona que acabó con la vida de los dos ancianos premeditó el doble crimen, tomó algunas precauciones para evitar que descubrieran los cadáveres y luego huyó sin levantar sospechas entre los vecinos. La policía encontró los cuerpos rodeados de ambientadores dentro de una habitación pequeña cerrada con un candado.
El asesino también esparció arena para gatos, un producto que se utiliza para absorber líquidos y eliminar olores, pero las altas temperaturas que se registraron en Valencia durante el fin de semana aceleraron la descomposición de los cadáveres y el hedor se extendió por todas las plantas del edificio.
El delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, confirmó ayer que los cuerpos «estaban embolsados, atados y aparentemente llevaban veinte días muertos», con lo cual su estado de descomposición era avanzado y «presentaban signos de violencia», aseveró Moragues. Ademas, la cerradura de la vivienda no estaba forzada.
El principal sospechoso del doble asesinato es un hombre corpulento que cuidaba a los ancianos. «Acompañaba muchas veces a Juan Carlos por la calle. Parece que lo contrataron para que les ayudara en las labores de la casa, aunque Araceli estaba muy bien», afirma una amiga de los hermanos fallecidos. «Juan Carlos tenía problemas de movilidad en una pierna y el tipo ese creo que le ayudaba, compraba el periódico todos los días y le hacía recados», añade la mujer.
Poco antes de que murieran los ancianos, su cuidador tuvo una conversación con unos vecinos de la finca que la policía considera que podría ser reveladora de sus intenciones. El sospechoso les dijo que no se preocuparan si no veían a los hermanos durante un tiempo, porque Juan Carlos iba a estar unos días hospitalizado en Pamplona para que le operaran de la pierna que le impedía andar con normalidad.
A pesar de los ambientadores, de la arena absorbente y de estar encerrados y embolsados los cuerpos en una habitación pequeña y cerrada, el delegado del Gobierno precisó que 20 días después de la muerte de los hermanos, con el calor que hizo el fin de semana, «empezaba a haber una descomposición considerable y un olor evidente».
Denuncia de un sobrino
Un sobrino de los fallecidos denunció la desaparición de Araceli y Juan Carlos, pero la llamada de un vecino fue la clave para descubrir el doble crimen. Como ya informó ayer LAS PROVINCIAS, el macabro hallazgo tuvo lugar sobre las 13.30 horas del domingo. Tras informar el ciudadano del hedor procedente de una vivienda de la calle Císcar, concretamente en un edificio de siete alturas situado en el número 54, la policía siguió el protocolo habitual: avisar a los bomberos para que entrara en la casa.
Tras comprobar en qué piso el olor era más intenso, descartar las viviendas habitadas y averiguar que en la puerta 10 vivían dos personas de avanzada edad que los vecinos echaban de menos, los bomberos entraron a través de la ventana de la fachada principal con un vehículo provisto de cesta y brazo articulado. Una vez dentro abrieron la puerta a la Policía Local y encontraron los cuerpos sin vida de Araceli y Juan Carlos en una habitación cerrada con un candado. Los cadáveres estaban embolsados, una circunstancia muy extraña e impropia de una muerte natural o por accidente. Poco después llegó la Policía Nacional y se hizo cargo de las investigaciones.
Según el delegado del Gobierno, hay varias líneas de investigación abiertas, aunque el principal sospechoso es el cuidador de los ancianos, que se encuentra en paradero desconocido. Un equipo de Policía Científica realizó una minuciosa inspección en la casa en busca de huellas de este individuo y de otros indicios criminales. Los agentes del Grupo de Homicidios de la Jefatura de Policía de Valencia también han centrado sus pesquisas en la localización e identificación de este hombre, así como en la reconstrucción de los últimos días de vida de las víctimas. La investigación policial se halla bajo secreto de sumario.
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