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JAVIER MARTÍNEZ
Sábado, 11 de junio 2016, 21:41
El comerciante marroquí detenido en Valencia por captación, adoctrinamiento y enaltecimiento terrorista, Abdellah L., contactó a través de internet con 12 yihadistas, al menos, que combaten en Siria en las filas de Daesh, según las investigaciones policiales. El propietario del supermercado de la calle Corretgeria, que ingresó en prisión el jueves, también había manifestado su intención de abandonar España para unirse a la organización terrorista a la que pertenece, presuntamente, y combatir en Siria o Irak.
El magistrado titular del Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional decretó el encarcelamiento de Abdellah L., de 40 años, después de valorar las diligencias de la Policía Nacional y las pruebas obtenidas por la Brigada de Información de Valencia durante las investigaciones.
El individuo había creado una red de perfiles en las redes sociales cuyo objetivo era captar, radicalizar y adoctrinar a seguidores del grupo terrorista Daesh. Los contenidos del complejo entramado virtual ensalzaban, justificaban y difundían las criminales acciones de la organización yihadista, e incluso, incitaban a la colaboración terrorista.
Según las investigaciones policiales, Abdellah L. llegó a tener 22.000 seguidores, un dato que preocupa a los agentes de la lucha antiterrorista, y centró su actividad en internet en el aparato propagandístico de Daesh o lo que él mismo denominó «la guerra del Facebook y el Twitter». Como ejemplo de su divulgación de la ideología terrorista, el 4 de mayo de 2016 publicó que la yihad de la palabra y la valentía en la opinión «no es menos que la yihad de las balas».
También incitó a la comisión de atentados al difundir frases como «él no impedirá a sus hijos que revienten Francia», «pido a Alá clemencia para sus mártires y que lance el horror al corazón de nuestros enemigos», o el comentario de «un niño musulmán a Obama: paga el tributo o el sable cortará tu cabeza».
Los investigadores también encontraron referencias en las redes sociales donde Abdellah L. justificaba el uso de métodos violentos. El 9 de noviembre de 2015, el comerciante marroquí publicó: «Daesh es la gran beneficiaria de los atentados pues ha podido darle un golpe a su enemigo en el seno de su casa y le ha causado pérdidas materiales y anímicas. Y a lo mejor les ayuda a reclutar más adeptos. ¿Acaso matar quemando es ilícito? ¿Y matar en la horca es lícito?»
Desde su domicilio en Valencia, el presunto yihadista difundió frases donde humillaba a las víctimas de los atentados perpetrados por Daesh, tanto en Siria como en Francia, y compartió un vídeo en el que un joven, supuestamente estadounidense, anima con un cántico a la lucha armada en nombre del yihadismo. Para realizar esta actividad propagandística, Abdellah L. se sirvió de una sofisticada y compleja red de comunicación con difusión internacional y acceso público a cualquier usuario. Además, el presunto terrorista permitía el contacto entre yihadistas de Daesh con otros seguidores de sus perfiles. La última fase de adoctrinamiento se desarrollaba en plataformas de comunicación más reservadas, donde el detenido culminaba el proceso de captación con un único objetivo: la total integración en la estructura de la organización terrorista.
Según informaron fuentes jurídicas, la extensa y minuciosa investigación de la Policía Nacional sobre la actividad en internet del comerciante marroquí «determina que hay indicios suficientes para decretar su ingreso en prisión provisional». Además, el magistrado de la Audiencia Nacional valoró el riesgo de fuga y una información procedente de Marruecos sobre la intención que tenía Abdellah L. de abandonar España, presuntamente, para unirse a Daesh en Siria o Irak.
La detención de supuesto yihadista tuvo lugar sobre las ocho de la mañana del pasado martes en su domicilio en el valenciano barrio de Patraix, concretamente en el número 10 de la calle Juan de Garay. Una veintena de policías participaron en la operación antiterrorista. Desde hace dos años, Abdellah L. residía en una vivienda de la quinta planta con su mujer y sus tres hijos menores. También regentaba el supermercado Tetuán en la calle de la Corretgeria, en pleno centro de la ciudad de Valencia.
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