efe
Martes, 26 de julio 2016, 18:12
La organización conservacionista SEO/BirdLife ha alertado del riesgo de la quema incontrolada de rastrojos en época estival y ha reclamado mayores esfuerzos y recursos en labores de prevención de incendios forestales.
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SEO/BirdLife lamenta en una nota el incendio declarado ayer en las inmediaciones de la localidad de Artana (Castellón), que se ha adentrado en la Sierra de Espadán, "un enclave natural protegido por la legislación europea bajo el paraguas de la Red Natura 2000", y cuyas causas apuntan a esta práctica.
Las llamas han arrasado más de mil hectáreas de masa forestal de alto valor ambiental, fundamentalmente bosque mediterráneo con predominio de pino y carrasca, donde nidifican hasta 22 especies de aves, entre ellas rapaces rupícolas como el águila-azor perdicera, el buitre leonado, el águila real, el alimoche común, el halcón peregrino y el búho real.
Asimismo, destaca por su singularidad geológica, pues constituye, añade SEO/BirdLife, un enclave silíceo en el conjunto mayoritariamente calizo de las sierras valencianas.
Mario Giménez, delegado de la organización en la Comunitat Valenciana, ha explicado que pese a que aún no se conoce el alcance total del incendio, sí que está provocando la pérdida del hábitat de importantes especies de avifauna ligadas a entornos forestales, algunas incluidas en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas con la categoría de vulnerable.
"Otro de los temores -ha añadido- es que las llamas puedan alcanzar el corazón de la Sierra de Espadán, una zona que, además del valor ambiental que tiene por ser el alcornocal más extenso de la Comunitat Valenciana, es clave en la actividad productiva de extracción de corcho de la región".
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En opinión de SEO/BirdLife, los modelos de gestión forestal y los presupuestos dirigidos al capítulo de incendios deben ir destinados, en un porcentaje mucho mayor que el actual, a la prevención y sensibilización.
Nicolás López, técnico de especies amenazas de la organización ambiental, ha señalado que "el aumento de las temperaturas y el descenso de las precipitaciones propician escenarios ambientales cada vez más inflamables en nuestros montes".
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Por ello, "es urgente que las actuales políticas de desarrollo socioeconómico se tornen en modelos de gestión urbanística y forestal más acordes al principio de prevención que al de extinción".
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