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Carla, Celeste y Rocío, los últimos nombres propios de jóvenes asesinadas

La chica de Alzira perdió la vida a manos de su expareja, la menor de Benicalap fue violada y la víctima de l'Alfàs del Pi sufrió un crimen sexual

D. G.

Sábado, 29 de octubre 2016, 00:31

valencia. Apuñalada y golpeada en la cara hasta la muerte. Así de cruel fue el asesinato de Carla Rodríguez Marín, una joven de Alzira de sólo 18 años de edad. Tres ciclistas que circulaban por un paraje de esta localidad encontraron a primera hora de la mañana del 1 de junio de 2004 el cuerpo sin vida de la víctima junto a una higuera. El cadáver tenía el rostro desfigurado y varias heridas causadas con un objeto punzante en el pecho. Ya por la noche, la policía interrogaba, junto a otras personas, al exnovio de la víctima, por si pudiera tener alguna relación con lo ocurrido. Tres días después Daniel R., expareja de Carla, ingresaba en la cárcel de Picassent después de que la juez dictara prisión provisional por un presunto delito de asesinato.

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La muerte de Carla no es la única que trae a la memoria al caso de Vanessa, la joven cuyo cadáver apareció ayer en Chella. La Comunitat ha sufrido otros trágicos sucesos en los que se han perdido vidas adolescentes. El más reciente, el de Celeste, una joven de 16 años que en septiembre de 2009 fue estrangulada en el rellano del primer piso del edificio donde residía, en el número 70 de la calle Periodista Gil Sumbiela, en el barrio valenciano de Benicalap. Un vecino encontró el cuerpo sin vida de la joven, desnudo de cintura para abajo. La policía, tras la investigación, detuvo a Braulio Alberto M. R., un amigo de la víctima que, a la postre, sería incriminado como autor de la violación y el asesinato de esta adolescente. El juez le condenó a 25 años de prisión. Ambos sucesos, el de Carla y el de Celeste, conmocionaron a los vecinos de Alzira y Benicalap por la gravedad de los hechos. Pero otro hecho similar también sembró de miedo la localidad alicantina de l'Alfàs del Pi en mayo de 2009. El cuerpo de Rocío apareció en la cama de su habitación, en el chalet donde residía, con dos disparos, uno en la axila y otro en la cabeza. El hermano de la joven, durante un interrogatorio, se derrumbó y confesó ser el autor del crimen.

Las niñas de Alcàsser

La Guardia Civil siempre barajó la hipótesis de un móvil sexual, ya que en el círculo de amistades cercano a los hermanos aseguraban que ambos mantenían una relación y que él estaba obsesionado con ella. Un magistrado de la Audiencia Provincial de Alicante le condenó a 18 años de prisión.

También viene a la memoria el más famoso de los crímenes registrados en la Comunitat, el de las niñas de Alcàsser. Míriam, Toñi y Desirée desaparecieron la noche del 13 de noviembre de 1992, cuando se dirigían haciendo autoestop a una discoteca de la vecina localidad de Picassent donde se celebraba una fiesta del instituto. Unos dos meses y medio después, dos apicultores encontraron los cadáveres semienterrados en una fosa de un paraje conocido como La Romana, próximo al pantano de Tous. Fueron secuestradas, violadas, torturadas y, finalmente asesinadas; delitos por los que Miguel Ricart pasó 21 años en prisión (aunque fue condenado a 170). Antonio Anglés, el supuesto autor material de los hechos, sigue en paradero desconocido.

Otros dos hechos marcaron la década de los 80. El secuestro y asesinato de una menor en Crevillent en diciembre de 1986 y el homicidio de una niña de 12 años, cuyo cadáver apareció en un pozo de Ontinyent en julio de 1987.

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