El médico asesinado en Valencia fue condenado por abusar de un menor

Valencia. Un pasado oscuro marca la historia de Vicente S. R., el jubilado de 62 años que el jueves apareció asesinado en su casa de Valencia con numerosos golpes por todo el rostro, una bolsa en la cabeza y las manos atadas. Según confirmó el propio delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, tenía antecedentes por agresión sexual.

Tal y como público LAS PROVINCIAS, hace 14 años el Tribunal Supremo lo condenó por abusos sexuales a un menor de 16. Pero no sólo eso: su nombre aparece vinculado con una de las más importantes tramas de producción y distribución de pornografía infantil, desmanteladas en la Comunitat en los 90. Y en este caso quedó absuelto al prescribir el delito que le imputaban.

Mientras, la Policía Nacional mantiene abierta la investigación a través del entorno más próximo del fallecido. Preguntas a todos los vecinos de la finca, seguimiento de sus comunicaciones y una minuciosa inspección de la Policía Científica prolongada durante toda la jornada de ayer tratan de arrojar luz en el caso. La principal incógnita es si el asesinato guarda relación con el pasado delictivo del fallecido o si, por contra, el móvil responde a un motivo diferente como el robo o una venganza por otro asunto.

Vicente vivía en el 164 de la avenida Peris y Valero, en el último piso de una finca ocupada en su mayoría por residentes en régimen de alquiler. Según el delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, la víctima era «un médico». De hecho, su dirección y nombre aparecen vinculados en una web de teléfonos como consulta de reumatología. Sin embargo, en el Colegio de Médicos de Valencia no tenían ayer constancia de que la víctima haya ejercido como profesional.

Todo apunta a que el asesinato se produjo el miércoles, aunque el cuerpo sin vida de Vicente se descubrió al día siguiente por una inundación en su casa. «Había un grifo en marcha y eso provocó unas filtraciones al vecino de abajo», detalló Moragues. El afectado alertó al administrador de la finca y al entrar en la vivienda con un cerrajero se topó con la terrible escena.

La casa estaba encharcada y, en el salón, el cadáver de Vicente yacía en el suelo del salón rodeado de sangre. Estaba desnudo, maniatado y con una bolsa de plástico en la cabeza. Más tarde la policía comprobó que, además, había recibido gran cantidad de golpes en el rostro. La puerta de la casa no estaba forzada, pero en las habitaciones todo estaba revuelto. «Tenía antecedentes por agresiones sexuales», añadió el delegado del Gobierno. «Y ahora mismo no se descarta ninguna hipótesis», apuntó en referencia al detonante del asesinato. El homicidio se produce 20 años después de que Vicente acabara absuelto tras ser acusado de pertenecer a una amplia trama internacional de pornografía infantil con siete procesados sospechosos de mantener relaciones sexuales con menores. Estos encuentros sexuales eran grabados y posteriormente distribuidos. Las víctimas eran captadas y agasajadas por los autores con meriendas, aperitivos, juegos o dinero. En concreto, a Vicente lo acusaban por ser protagonista de un vídeo en el que presuntamente realizaba penetraciones anales a menores, como recogió la prensa en su día. Las sentencias se conocieron el 26 de noviembre de 1996. Vicente quedó absuelto al haber prescrito el único hecho que le imputaban.

Pero tres años después ya no se libró de la acción de la justicia. La Audiencia de Valencia lo condenó en mayo de 1999 junto a otro acusado de la anterior trama, Martín Rafael Ch. A. El fallo reconoció que a ambos «les gusta mantener relaciones con menores». En 1990, describe la sentencia, Vicente y el otro implicado convencieron a un chico de 16 años para que les acompañara a un domicilio de Cullera. Aprovechando que sufría un leve retraso mental lo convencieron para que mantuviera relaciones sexuales con ellos a cambio de 500 de las antiguas pesetas, lo que el menor aceptó. Tras la sentencia, la víctima del crimen apeló al Tribunal Supremo, que sólo admitió una rebaja en la pena. La condena pasó de dos años y tres meses de cárcel a sólo año y medio.

Vecinos de la avenida Peris y Valero se mostraban ayer «asombrados» y «preocupados» por lo ocurrido. Vicente llevaba una vida reservada. No lo conocían ni en los bares ni en las farmacias ni en otros comercios de su barrio. Los residentes de su finca guardan silencio.