Detenido un hombre de 61 años por abusar de una niña de 11

Agentes de la Jefatura Superior de Policía de Asturias detuvieron en la tarde del sábado en Oviedo a un varón de 61 años de edad por abusar presuntamente de una menor, una niña de 11 años, en las inmediaciones del Palacio de los Deportes.

Los hechos habrían ocurrido en la misma zona. El hombre supuestamente convenció a la menor para que le acompañase a un garaje próximo. Allí, aprovechándose de su superioridad física, la habría besado y manoseado, según confirmaron fuentes policiales.

La pequeña relató los hechos a su madre, que interpuso la correspondiente denuncia en Comisaría contra el agresor, que según las mismas fuentes, se trata de un conocido de la madre de la pequeña, que gracias a la descripción y filiación facilitada fue detenido por los agentes pocas horas después.

Delincuentes sexuales

Se da la circunstancia de que los barrios a ambos lados de la entrada de la 'Y' han seguido con cierta alarma en las últimas semanas la presencia de dos delincuentes sexuales, que se vieron beneficiados con tempranas excarcelaciones en aplicación de la 'doctrina Parot' en 2013 y que eligieron Oviedo para fijar su residencia.

Se trata de Faustino Gabarri Hernández, condenado a setenta años de cárcel por la Audiencia Provincial de Asturias por violar en cuatro ocasiones a una menor de 16 años en presencia de su novio, de 18 años, a quien maniató y amenazó con una navaja durante las tres horas que retuvo a la pareja en una caseta de Arriondas. Sucedió en 1996, cuando el acusado tenía 31 años. Cumplió condena dieciocho años y fue puesto en libertad el pasado 2013, justamente el mismo día que el 'violador del estilete', Félix Vidal Anido, también residente en la ciudad, en Teatinos. Vidal Anido, de 53 años, fue condenado en 1981 a 24 años de cárcel por violar a 54 mujeres. En 1987, durante un permiso carcelario, reincidió de forma violenta. Violó y apuñaló a una mujer. Por estos delitos fue condenado a un total de 63 años de cárcel, de los que cumplió 32.

La Policía, conocedora desde el primer momento de la presencia de los dos exconvictos en la zona, había tomado algunas medidas precautorias y una discreta supervisión de la zona ante la alarma generada entre los vecinos.