Perfil de Paco Sanz: Osado y muy convincente

Fácil de palabra y comunicativo, emprendedor y enamorado del tiro olímpico, su gran pasión desde muy joven. Paco Sanz nació en 1970 en Valencia y aunque residió algunos años en Alicante, la mayor parte de su vida la pasó en la ciudad del Turia hasta que, por diversas circunstancias familiares, se trasladó a La Pobla de Vallbona.

De pequeño se aficionó al judo, la pesca y al atletismo pero pronto su gran pasión pasaron a ser las armas y el tiro olímpico, al querer seguir los pasos de su padre, Francisco Sanz Cancio, deportista de elite que llegó a competir en importantes competiciones internacionales en los años ochenta y en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, en la modalidad de tiro de precisión, y que preside la Federación Valenciana de Tiro Olímpico.

«Ya con seis años soñaba con parecerme a mi padre, que viajaba por el mundo representando a España en el equipo nacional de esta práctica deportiva». Así lo explica el propio Paco Sanz en la página web que creó años después para pedir ayudas para su tratamiento. Su pasión por las armas se fue ampliando con los años y su propia experiencia en competiciones nacionales (llegó a ser campeón de España) lo convirtieron en todo un experto en la materia. Su gran hobby «se convirtió también en mi trabajo: a los 21 años abrí con un amigo una tienda de artículos deportivos, que mantuvimos durante una década» en Valencia.

Durante algunos años también participó como cooperante al desarrollo y colaboró «para la ONG Esperanzas Sin Fronteras en distintos países. Fue precisamente, volviendo de uno de esos viajes, cuando me di cuenta de que se me caía el pelo», relata el propio Paco Sanz en la página web.

Entonces, tras varias visitas al médico, se le diagnosticó una enfermedad rara, el llamado síndrome de Cowden, dolencia «que he sufrido desde que nací, pero que nadie ha sabido nunca diagnosticarme. Incluso me han llegado a quemar toda la cara, pensando que lo que tenía eran verrugas». Aquí comenzó su particular cruzada para recaudar fondos con el fin de poder participar en varios «proyectos experimentales» en Estados Unidos, un lugar por el que siempre mostró una especial atracción.

Paco Sanz hablaba en las redes sociales de que su única oportunidad era formar parte de esos ensayos clínicos donde se sentía «como un conejillo de indias». En ocasiones fue muy crítico con la sanidad pública y las ayudas en España al no ofrecerle «soluciones aquí». Durante un tiempo también trabajó como vigilante de seguridad pero el sueldo, «bastante bajo», no le permitía cubrir «los viajes y la estancia» en Maryland, donde se sometió, según contaba, a uno de esos ensayos clínicos.

Paco Sanz era muy habitual en las redes sociales, donde hablaba de sus síntomas, de pruebas médicas o trámites que debía realizar e incluso de su estado de ánimo. Solía colgar vídeos y fotografías en los que siempre animaba a «seguir luchando con una sonrisa» y relataba sus periplos para regresar lo antes posible a Estados Unidos para poder recibir un nuevo tratamiento. En los últimos tiempos, además de recibir el apoyo de amigos y seguidores, también recibía comentarios negativos que en ocasiones rebatía él mismo.

En la misma página web que creó para recaudar fondos afirmaba haber destinado todos sus ahorros y los de su familia a estos gastos, incluidos los de la medicación. «Hemos vendido nuestra vivienda familiar. En estos momentos no cuento con más recursos que la colaboración desinteresada de personas que me quieran ayudar». Así terminaba Paco de relatar la historia que ayer desencadenó un auténtico torbellino de comentarios en la red.