Una discusión por tirar mucha lejía en el baño desencadenó el crimen de Alfafar

La vecina de Alfafar que murió por las graves lesiones infligidas por otra mujer durante una pelea, Amparo A. M., de 63 años, recibió varios golpes en la cabeza cuando ya estaba en el suelo, según el primer examen forense realizado al cadáver. La brutal agresión tuvo lugar sobre las 20 horas del lunes en el cuarto de baño de la casa de la víctima tras una discusión por un asunto banal. Como ya informó ayer LAS PROVINCIAS, la autora del crimen, Ramona, de 65 años, fue detenida por la Guardia Civil de Alfafar poco después de que llamara al teléfono de emergencias 112 para confesar que había matado a su amiga, aunque la víctima aún estaba con vida.

La mujer manifestó que riñó a Amparo por el exceso de lejía que había echado en el cuarto de baño para limpiarlo, ya que el gas que emanaba era nocivo para la salud, y empezaron a discutir por este reproche. De las palabras de desaprobación pasaron en pocos segundos a los insultos y bofetadas, y Amparo dio primero un guantazo, presuntamente, a Ramona, que le devolvió el manotazo y le propinó un fuerte empujón.

Tras caer al suelo, la víctima recibió varios golpes más en la cabeza como indican los traumatismos craneales que presentaba la mujer cuando ingresó cadáver en el Hospital La Fe. Según la minuciosa inspección que realizó el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Alfafar, Ramona no utilizó ningún objeto contundente para matar a Amparo. La homicida habría causado las graves lesiones que sufrió la víctima tras cogerla con sus manos del pelo o la cabeza y golpearla contra el suelo con gran fuerza. El primer examen forense también respalda esta hipótesis.

Los primeros guardias civiles y policías locales que entraron en la casa hallaron a Amparo en el suelo del cuarto de baño junto a varios charcos dispersos de sangre. La víctima estaba agonizando. Los violentos hechos ocurrieron sobre las 20 horas del lunes en el domicilio de la mujer fallecida, concretamente en el número 93 de la calle San Pascual de Alfafar.

Tras cometer la brutal agresión, Ramona se arrepintió al instante y llamó con su teléfono móvil a su hijo, que le dijo que avisara al 112. La mujer estaba muy nerviosa. Esperó en la casa a la Guardia Civil y la Policía Local de Alfafar. Pocos minutos después llegaron varias patrullas del cuartel de Alfafar, dos ambulancias y un equipo de bomberos del cercano parque de Catarroja.

Los sanitarios del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU) estabilizaron a la víctima antes de trasladarla en una ambulancia al Hospital La Fe. Los bomberos utilizaron un vehículo escalera para sacar a la mujer por la fachada de la vivienda, ya que sufría obesidad y el médico pidió su evacuación urgente. Su vida pendía de un hilo en ese momento.

Según informaron fuentes del Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CIC), la víctima falleció poco después de llegar al Hospital La Fe, aunque otras fuentes médicas precisaron que murió en la ambulancia durante el traslado. Mientras el SAMU se esforzaba para intentar salvar la vida de Amparo, la agresora era atendida por los sanitarios de una ambulancia de Soporte Vital Básico (SVB). Ramona sufrió una crisis de ansiedad y necesitó atención médica. Luego se tranquilizó y explicó que Amparo le había dado una bofetada tras la discusión por el exceso de lejía, y manifestó que ella le devolvió el guantazo. También dijo que se asustó porque su amiga tenía mal carácter, según su versión, y le propinó los golpes en la cabeza. La mujer había acudido a la vivienda para ayudar a Amparo en las tareas domésticas, aunque no precisó si cobraba por estos menesteres.

Los agentes de la Guardia Civil de Alfafar volvieron ayer a la casa de la víctima para realizar una segunda inspección en la escena del crimen. La homicida pasará a disposición del juez de guardia de Catarroja en las próximas horas, según informaron fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil.