El abogado de Maje pide su absolución al considerar que no planeó el asesinato

Los abogados que ejercerán la defensa de María Jesús M. C., más conocida como Maje, en el juicio por el asesinato de su marido, el ingeniero Antonio Navarro, solicitarán en la vista la absolución de la viuda al considerar que no planeó el crimen ni instigó a uno de sus amantes para que lo cometiera. El escrito que firman los letrados Javier Boix y Alicia Andújar, que ya ha sido presentado en el Juzgado de Instrucción número 14 de Valencia, afirma textualmente que los hechos relatados por el fiscal y la acusación particular «en absoluto se corresponden con el resultado de las diligencias de investigación practicadas en el procedimiento».

Una de las principales conclusiones de la defensa es que Salvador R. L., el amante de Maje en 2017 y asesino confeso, habría cometido el crimen porque estaba «completamente obsesionado» con la idea de irse a vivir con su compañera de trabajo y entonces «vio una oportunidad de librarse de Antonio».

Según el escrito de la defensa, no fue Maje quien habría propuesto a su amante acabar con la vida del ingeniero de Novelda, como sostienen las acusaciones y la investigación del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional. El penalista Javier Boix tratará de probar en el juicio que Salvador tomó la decisión de perpetrar el asesinato cuando Maje le dijo que pensaba divorciarse.

«Como él pensaba que no era la solución a su problema, ya que Antonio se le iba a echar encima, Salvador le comentó a María Jesús que una buena solución sería acabar con la vida de Antonio, si bien ésta (Maje) pensó que estaba fantaseando y no le dio credibilidad», señala el letrado de la viuda.

En su escrito, Boix mantiene que Salvador, completamente obsesionado, «se convirtió en amigo y asesor de María Jesús, tratando de estar presente en cualquier momento en su vida, reparándole electrodomésticos, haciéndole la compra, lavándole el coche, asesorándola en la herencia de Antonio, cogiéndole cita con el médico, etc».

El 16 de agosto de 2017, cuando el asesino confeso quedó con su amante en la casa de su hermana cerca de la avenida de Blasco Ibáñez y le dijo que había matado a Antonio, Maje «comenzó a llorar y a gritar, reprochándole a Salvador lo que había hecho, si bien el temor que sentía le impidió denunciarlo, optando por guardar silencio», explica el letrado.

Tras el crimen, Salvador siguió con su actitud obsesiva y se ofreció para realizar todo tipo de gestiones que la viuda pudiera precisar, incluso ante organismos oficiales, para lo cual disponía de la autorización por escrito de la joven. Boix y Andújar también recuerdan en su escrito, como una prueba de esa obcecación amorosa, que Salvador portaba en su mochila el día de su detención varias cartas íntimas del año 2015 que se intercambiaron los amantes.

Respecto a la llave que permitió a Salvador entrar el día del crimen en el garaje de la calle Calamocha en el barrio valenciano de Patraix para matar de seis cuchilladas al ingeniero, la defensa aduce que la acusada se la dio para facilitar que pudiera aparcar su vehículo, ya que era frecuente que acudiera a comer a la casa de Maje mientras su marido estaba trabajando.