Acaba secuestrada en un piso de Alzira tras ser engañada con un falso empleo

La historia vuelve a repetirse: joven rumana busca en internet trabajo doméstico en la Comunitat para luego encontrarse atrapada en el infierno de las mafias de prostitución. Es lo que le ha sucedido a una chica liberada por la Policía Nacional tras acabar secuestrada en una vivienda de Alzira engañada con el anzuelo de un supuesto trabajo para cuidar de un bebé. Después descubrió a lo que se enfrentaba realmente: pagar importantes cantidades de dinero a la red y «vestir sexy» como único medio para subsistir.

La Policía Nacional ha arrestado ya a la sospechosa del engaño y del delito de detención ilegal. Se trata de una compatriota de la víctima de 28 años. Según fuentes de la Jefatura Superior de Policía, «le impedía salir del domicilio que compartían y regresar a su país de origen».

Los hechos ocurrieron a principios de este mes, cuando los investigadores fueron alertados por la Sala del 091 sobre el posible secuestro en un piso de Alzira. Fue el padre de la víctima quien telefoneó desde Rumanía desesperado ante el preocupante destino de su hija en España. Según reveló, la joven «podría estar retenida contra su voluntad».

Los agentes se dirigieron inmediatamente al lugar indicado y allí localizaron a una mujer y a la víctima. Esta última se hallaba «en el interior de una habitación, asustada pero sin ninguna lesión visible».

A partir de ese momento la policía actuó con el protocolo habitual: aisló a las dos mujeres para interrogarlas por separado. De esta manera, la joven víctima venció el miedo e hizo un completo relato de lo sucedido.

Tal y como explica la policía, la chica había llegado a España desde Rumanía a mediados de agosto. Según expuso, recibió a través de redes sociales una supuesta oferta de empleo para cuidar de un bebé en la Comunitat. Ese fue el gancho del engaño. En teoría iba a cobrar 200 euros al mes por esta labor doméstica. La sospechosa incluso compró y envió a la víctima el billete de autobús para llegar a Valencia. La pareja de la ahora detenida fue la persona encargada de recogerla en la estación de autobuses de Valencia para después llevarla hasta el piso de Alzira, según detalla la Policía Nacional.

Pronto supo que la función que aquí le esperaba distaba mucho del cuidado infantil. Varias veces le habían insistido en que si no vestía «de manera más sexy» no podría salir de casa. Pero no sólo eso. Tenía que aportar dinero. Una nueva condición caía sobre ella abocándola al yugo de la prostitución. «Debía pedir a su familia que le mandase 300 euros», añaden desde la Jefatura de Policía. De lo contrario, la sospechosa «no le dejaría regresar a su país hasta mayo» del año que viene.