«Me han acusado de tres delitos que alguien comete con mi nombre»

«Estoy muy harto. Yo no he hecho nada. Soy una persona trabajadora que jamás ha tenido problemas con la justicia. No soy un estafador, sino una víctima suya. Que investiguen bien y lo comprobarán». Miguel Rojo tiene 44 años, vive en Valencia y trabaja en instalación y mantenimiento de gasolineras. Su perfil está a años luz del de un delincuente. Y, sin comerlo ni beberlo, ha sido citado en dos juicios y está investigado otra vez por estafas a través de internet.

El problema, como ya denunció en septiembre ante la Policía Nacional, «es que alguien se ha apropiado de mis datos personales, no sé ni cómo ni donde, y los usa para delinquir». Y ese verdadero maleante anónimo de las redes sigue logrando su objetivo impunemente: que sea Miguel quien pague con sus platos rotos. «Me han acusado ya de tres delitos que cometen con mi nombre y llevo gastados más de mil euros en mi defensa legal, hoteles y desplazamientos a los juicios« en el norte de España.

Miguel ha confiado su futuro a Sara Calvo, letrada del despacho Domingo Monforte Abogados Asociados y su aliada para que las cosas se aclaren de una vez. La jurista aprecia «notables fallos en las investigaciones que sitúan a mi cliente como sospechoso, cuando él es el afectado por los mecanismos habituales de las redes de estafa de internet».

El primer caso fue en 2018. Una persona denunció movimientos bancarios no autorizados por apuestas en el juego online. El nombre de Miguel Rojo fue el usado por la persona que abrió esa cuenta en la web de apuestas y cargó su gasto a la víctima. «La interpretación policial fue que yo debía ser el autor», lamenta. Y así acabó en un juicio en Pamplona, absuelto después de que el saqueado no se presentara, resarcido ya por su banco.

21 de septiembre del año pasado. Sigue el calvario para el verdadero Miguel. Aparece en escena una misteriosa tarjeta de prepago a su nombre con la que se abona un pedido de comida a través de una conocida web, con cargo a la cuenta bancaria de un tercero. «En lugar de buscar al estafador en quien recibió la comida, apuntaron otra vez a mi cliente como sospechoso por los datos telefónicos», lamenta la abogada. Juicio en Vitoria y de nuevo absuelto.

El tercer asalto en la odisea de Miguel aún está por librar. Un juzgado guipuzcoano lo ha citado a declarar el 10 de marzo por un delito calcado al anterior con el número de teléfono de tarjeta prepago a nombre de Miguel. Calvo va a pedir esta vez «una serie de diligencias para que se investigue el asunto a fondo» y demostrar que el valenciano «es una víctima».

Para José Domingo Monforte, director del despacho que asiste a Miguel, «esta nueva delincuencia tecnológica, además de generar serios quebrantos patrimoniales, provoca tener que superar las sospechas y defender la propia inocencia».