

Los acusados de la manada de la Vall d'Albaida alegan que iban muy bebidos y que no sabían la edad de la víctima
Dos de los procesados niegan cualquier contacto sexual con la menor, que fue agredida por al menos 15 personas en un paraje tras una fiesta de cumpleaños
Ignacio Cabanes
Valencia
Lunes, 2 de junio 2025, 13:18
Después de haber podido escuchar las declaraciones de todos los testigos y las pruebas que hay contra ellos a lo largo de las sesiones del ... juicio por la violación grupal a una menor de 14 años en la Vall d'Albaida, los cuatro acusados, que solicitaron declarar en último lugar precisamente para contar con dicha ventaja que contempla la ley, se han limitado la mañana de este lunes a negar los hechos y han optado por declarar únicamente a las preguntas de sus respectivos letrados. Dos de ellos alegan que iban muy bebidos y que en todo caso la adolescente, de la que desconocían su edad, mostró su consentimiento. Mientras que los otros dos niegan por completo haber tenido contacto sexual alguno con la víctima.
Ninguno de los cuatro ha querido someterse al interrogatorio de las acusaciones para no tener que dar más explicaciones sobre lo ocurrido esa madrugada del 27 de septiembre de 2020. Aunque sus defensas presentaron informes periciales que tratan de demostrar que tres de los acusados tienen una edad mental próxima a los doce años, en su declaración no han dado muestras de tener una madurez especialmente infantil. De hecho han respondido dando justificación a los aspectos que les perjudican, como si sabían la edad de la menor, asegurando que aparentaba más edad, si la conocían previamente y el estado en el que estaba la adolescente.
Por un lado, S. S. S., principal encausado y que tenía 19 años en el momento de los hechos, sostiene que no conocía a la víctima, que era la primera vez que la veía y que pensaba que tenía 16 o 17 años. Según su versión, bailó con la víctima, tras intercambiarse unas miradas previas entre ellos, aunque admite que en ningún momento tuvo una conversación con ella. El procesado alega que él estaba «bastante ebrio», pero no hace referencia al estado en el que se encontraba la víctima en dicho paraje.
Si bien, posteriormente, en los hechos ocurridos en una vivienda de otro municipio en el que participan dos de los acusados, este mantiene que la adolescente «estaba bien» y fue ella la que aceptó hacer un trío de forma voluntaria y que quería dormir con él. Este acusado indica que cree que la menor «se sentía atraída por él».
Por su parte, el acusado D. B. D., para el que el Ministerio Fiscal solicita cinco años de prisión por corrupción de menores, reconoce que fue él quien llevó a la víctima a casa de su abuela, pero que lo le hizo ninguna proposición de índole sexual. «En ningún momento yo le pedí nada, se lo juro por mi hijo».
«Estaba demasiado borracho para tener sexo»
El tercer acusado apenas recuerda lo que ocurrió esa madrugada, y atribuye estas lagunas de memoria al exceso de alcohol. «No podía tener relaciones sexuales con nadie en ese momento porque iba demasiado borracho», alega.
Mientras, el cuarto acusado alega que él no estuvo en el paraje natural donde se produjo la agresión sexual múltiple, en la que al menos quince personas sometieron a distintas prácticas sexuales a la menor de catorce años. A él se le imputa únicamente la agresión ocurrida posteriormente en una casa de un municipio que este periódico no revela para preservar el anonimato de la menor.
Según sostiene, otro de los acusados le dijo de ir a su casa, que le tenía una sorpresa. Para tratar de justificar que no se percatara de la diferencia de edad con la adolescente argumenta que en la vivienda no había luz, y tampoco podía alumbrarse con el móvil porque se lo dejó en casa, según alega.
El acusado relata que se sentó en una especie de sofá y que cuando la chica le empezó a toquetear, se levantó y se marchó. Asimismo niega que conociera a la víctima, aunque sí que iban al mismo instituto, donde él había cursado un módulo de cocina. Y que se enteró días después de que la chica con la que había estado en casa de su amigo era menor.
El Ministerio Fiscal solicita penas de 24 años de prisión para el principal encausado por las agresiones sexuales, doce años de cárcel para los otros dos y cinco años para el cuarto por corrupción de menores por haber realizado proposiciones sexuales a la menor a cambio de llevarla a casa de su abuela.
Por su parte, la acusación particular ha rebajado la petición de pena para dos de los acusados. Por un lado, para I.C.I., el joven que participa en el trío con la menor en un inmueble de un municipio de la Vall d'Albaida, solicita nueve años de prisión, en vez de los doce iniciales. Y para S.S.S., el acusado que se enfrentaba a 24 años de cárcel, le rebaja en dos años por una de las agresiones sexuales que se le imputan.
«Trataron a la menor como un trapo, como un trozo de carne para satisfacer sus apetencias sexuales»
En su informe, la Fiscalía concluye que las agresiones sexuales a la menor han quedado «totalmente probadas por una prueba rotunda» y que los acusados se aprovecharon de la «especial vulnerabilidad de la víctima, por la falta absoluta de consentimiento», tanto por su afectación de bebidas alcohólicas como por su edad y la «diferencia clara y contundente del grado de madurez entre la víctima y los acusados».
Sobre el comportamiento de los acusados con la menor, el fiscal lo describe como «absolutamente monstruoso», y los define como «unos seres absolutamente sin ningún tipo de escrúpulos, sin la menor empatía, y con un total desprecio por la víctima para tratarla como un objeto, como un trapo, como un trozo de carne para satisfacer sus apetencias sexuales».
Asimismo, el fiscal ha remarcado que el testimonio de la víctima fue creíble y persistente en su incriminación, manteniendo siempre la misma versión, y con ausencia de cualquier posible ánimo espurio, como así indicaron las psicólogas del Instituto de Medicina Legal de Valencia que evaluaron su relato en la cámara Gesell.
Que la menor estaba visiblemente afectada por el consumo de alcohol. La amiga de la adolescente, que esa noche no es que mostrara especial proteccionismo con ella, confirma el estado de ebriedad en el que se encontraba la víctima, quien iba tambaleándose.
La Fiscalía también ha recordado las conversaciones por redes sociales que incriminan a los acusados y las expresiones que utilizan en referencia a la menor, que muestran un claro desprecio hacia la víctima, como: «A perras como esa no me las follo», «que le den» o «yo la saco de su casa», le reta uno de los acusados.
Respecto al grado de madurez de los acusados, los especialistas de la unidad de Psiquiatría Forense del IML de Valencia descartaron la tesis de la defensa, y determinaron que no tenían un distanciamiento con la realidad notable y que su madurez era compatible con su edad. Y que en todo caso, aunque a nivel intelectual se encuentran por debajo, tenían capacidad para discernir lo que estaba bien y mal, sus capacidades volitivas e intelectivas intactas, y sabían que tener sexo con una menor ebria es delito.
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