Ferrándiz, el jueves, tras regresar a Herrera de la Mancha después de un permiso. Jesús Signes

Las últimas horas de Ferrándiz en la cárcel: olvidado por todos menos por su madre

La mujer es la única que lo ha visitado en la prisión que abandona hoy, donde ha trabado amistad con José Bretón, el asesino de los niños de Córdoba

Arturo Checa

Valencia

Sábado, 22 de julio 2023, 00:27

La puerta de la cárcel de Herrera de la Mancha se abre hoy para Joaquín Ferrándiz y nunca más volverá a cruzarla de vuelta a su celda. El cumplimiento del máximo de 25 años de cárcel acaba con el paso por el presidio manchego del asesino de las cinco mujeres de Castellón. Comienza para el exconvicto una nueva vida: con su intención de establecerse en el extranjero para intentar pasar desapercibido y esquivar la presión social y mediática. Ferrándiz dice adiós a una vida de soledad entre rejas. En la cárcel sólo lo ha visitado durante estos 25 años su madre, una anciana con vinculos familiares en Ciudad Real. Y en el penal ha establecido una estrecha relación de amistad con otro siniestro personaje: José Bretón, el asesino de los dos niños de Córdoba.

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«No ha tenido mucha relación con el resto de reclusos. Al ser el ordenanza de limpieza, residía en la unidad de Enfermería, donde apenas hay una docena de internos, que son con los que ha convivido». Así lo explica un funcionario de Herrera que ha tratado durante todos estos años al hombre que mató con sus propias manos a cinco mujeres en los años 90 en Castellón.

En las visitas y 'vis a vis' a los que tienen derechos los presos, la madre de Ferrándiz es la única que ha visto cara a cara a su hijo, según fuentes penitenciarias. Repudiado y olvidado por todos. Incluidos su hermano y su hermana. La anciana (de avanzada edad) reside en un pueblo manchego. Antes lo hacía con su propio hijo en Castellón, el escenario de los crímenes de Ferrándiz. La casa familiar a la que regresaba sin inmutarse después de matar a sus víctimas y ocultar sus cadáveres. El hogar en el que dormía a pierna suelta tras sus asesinatos, como relató la crónica negra de aquellos días.

«Tiene una personalidad muy fría. Maneja a la gente muy bien. Es muy inteligente. Y culto. Hasta se ha matriculado en la UNED», señala uno de los vigilantes penitenciarios que lo han tratado este tiempo. Ferrándiz ha llevado una vida solitaria entre rejas. Primero por la unidad en la que ha estado ingresado. Ha residido en Enfermería, al hallarse allí la unidad de Limpieza. Él era el encargado de controlar estos enseres, repartir los útiles de aseo personal entre los reclusos y llevar los productos de limpieza a los funcionarios. No se ha mezclado con la generalidad de los presos. En Enfermería hay alrededor de una docena de internos. Con su propio patio y su sala de televisión. Así ha evitado mezclarse con personajes tan sombríos como Carcaño, el asesino de Marta del Castillo. O Tony King, el depredador sexual que acabó con la vida de Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes. Y unos cuantos etarras.

Aunque Ferrándiz sí ha hecho una férrea amistad con Bretón. El asesino de sus propios hijos en Córdoba en 2011. Un hombre que purga su condena a 40 años de cárcel por segar la vida de José y Ruth. Tenían 2 y 6 años. Su propio padre los quemó en una hoguera en Las Quemadillas tras asesinarlos. Otro hombre frío y calculador. Reservado y encerrado y sí mismo.

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La relación de Ferrándiz y Betón se cuajó en la Enfermería. Allí fue trasladado en 2016 después de intentar suicidarse. Se cortó la yugular por la noche. Sólo la pericia de los funcionarios de prisiones logró salvarle la vida. Amboas han compartido muchos ratos y conversaciones en el centro penitenciario.

Cuando hoy se abra la puerta de la celda de Ferrándiz no se sabe quién le esperara fuera. La relación con la ONG de reinserción que lo tuteló durante los primeros permisos se rompió tars trascender que el asesino múltiple residía en el municipio de Valdepeñas. Los vecinos ardieron al saber que un individuo así estaba entre ellos durante unos días. Las últimas salidas con permisos ya no han sido con esta entidad. De hecho, cuando el pasado jueves regreso a Herrera de la Mancha tras uno de estos permisos, el homicida llegó solo y en un taxi.

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Ferrándiz dejará hoy la cárcel con el certificado de libertad en sus manos, así como un documento para pedir el subsidio de desempleo, si es que lo corresponde, según fuentes penitenciarias. Y si lo quiere pedir, porque la supuesta intención del condenado es irse al extranjero. También le entregarán el dinero del 'peculio' que le quede, los fondos que haya recibido por su trabajo en Herrera. Después, 'el camaleón' de Castellón dar sus últimos pasos por el patio de la cárcel. Ante él, la libertad y la incógnita de su comportamiento futuro en la sociedad.

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