«Me amenazó con matar a mi familia si contaba lo que me hizo»

Un joven de 21 años se ha sentado este miércoles en el banquillo de los acusados en la Ciudad de la Justicia de Valencia para ser juzgado por la violación de una niña de 13 años que se fugó de casa, con la ayuda del procesado, tras discutir con su madre.

El fiscal ha pedido una condena de 13 años de cárcel por un delito de agresión sexual a una menor, y el abogado del encausado ha solicitado la absolución tras alegar que las relaciones sexuales fueron consentidas.

Los hechos sucedieron el 12 de enero de 2020. Según el Ministerio Público, la menor pidió al procesado, a través de Instagram, que fuera a recogerla a una localidad de la comarca de la Ribera Baja para fugarse de casa. La niña había discutido con su madre porque le había quitado el móvil como castigo por no ir al colegio, pero logró quedar con el encausado antes de darle el teléfono a su progenitora.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, la víctima y el procesado, que acababa de cumplir 18 años, habían entablado una relación de amistad a través de Instagram tras verse sólo una vez en persona. El joven pidió a otro chico que lo trasladara en su coche a la localidad donde reside la víctima para recogerla y llevarla a Carcaixent.

El acusado le dijo a la menor que irían juntos a Benidorm, pero acudieron a la casa de la abuela de él, entraron en la habitación del joven, se besaron en la cama y el procesado le propuso mantener relaciones sexuales, pero ella se negó.

La víctima ha declarado en el juicio que le dijo varias veces que no quería hacerlo (en referencia al coito), y que el acusado se puso encima de ella, le quitó la ropa y la forzó pese a la oposición y resistencia que ofreció la menor, ya que ella le dio una bofetada y le empujó.

Después de la agresión sexual, la menor le pidió que le dejara el móvil para llamar a su madre porque quería irse, y el encausado no le dio el teléfono y le indicó dónde estaba la puerta por si quería marcharse. La víctima ha manifestado que el violador se durmió poco después mientras ella lloraba en la cama.

A la mañana siguiente, una patrulla de la Guardia Civil de Carcaixent acudió a la vivienda para detener al joven porque tenía una orden de búsqueda y captura, y descubrió que el individuo estaba con la niña de 13 años. Ambos se escondieron en la terraza de la casa y el acusado dijo a los agentes que la menor era su novia.

Los guardias civiles trasladaron a la víctima al cuartel, avisaron a su madre y realizaron las primeras pesquisas para esclarecer los hechos. En un primer momento, la menor declaró ante la Guardia Civil y el juez de Alzira que las relaciones sexuales habían sido consentidas y que el acusado era «un proyecto de novio», pero en el juicio ha explicado que mintió en sus primeras manifestaciones porque tenía miedo. «Me amenazó con matar a mi familia si contaba lo que me hizo», ha afirmado la víctima.

Varios meses después, la menor decidió contar la verdad a una amiga de su madre, una mujer que también ha prestado declaración ante el tribunal, y entonces acudió con su progenitora al cuartel de la Guardia Civil para denunciar la violación.

El acusado ha negado los hechos tras asegurar que la relación sexual fue consentida, y ha manifestado que la menor le dijo que tenía 17 años tras incurrir en algunas contradicciones cuando contestaba a las preguntas del fiscal.

La psicóloga que asiste a la víctima ha explicado al tribunal las graves secuelas «a nivel social, psicológico y sexual» que sufre la menor, que ahora tiene 16 años, y ha dado credibilidad al relato de la agresión sexual «por los detalles que dio tras asimilar lo que había pasado».

«Se bloqueó porque tenía miedo de que él la persiguiera, y necesitó un tiempo para superar el trauma», ha declarado la perito. Y tres años después de la violación, «no quiere estar a solas con un chico y tiene miedo al sexo», ha añadido la psicóloga.

Una veintena de estudiantes del módulo de Formación y Orientación Laboral (FOL) de un instituto de Gandia han asistido como público al juicio, que ha quedado visto para sentencia. Durante el regreso en autobús a la ciudad condal, los alumnos y sus tres profesoras han comentado los riesgos de las citas, a través de las redes sociales, con personas que apenas conocemos.

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