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B. ORTOLÀ
BENIARBEIG.
Viernes, 20 de abril 2018
El dueño de los perros que acabaron con la vida de Luis Ángel Sala en Beniarbeig, en febrero de 2017, pasará dos años y dos meses en prisión por un delito de homicidio por imprudencia grave.
Así lo decretó ayer el Juzgado de lo Penal número 3 de Benidorm, que también ha impuesto una indemnización de 170.000 euros para los cuatro familiares de la víctima. Un total de 95.000 euros para la viuda de Sala y 25.000 euros para cada uno de sus tres hijos.
El dueño de los animales también se enfrentaba a otros dos causas, que el juez ha desestimado. Se le acusaba por un delito continuado de maltrato animal y de dos delitos de lesiones imprudentes. Estos dos últimos se referían a los ataques que los canes produjeron a los miembros de la protectora de Els Poblets que se encargó de los animales horas después del brutal ataque. Y también a las heridas que le produjeron a Andrés Ayuso, el vecino poblero que salvó la vida, tras ser agredido por dos de los cinco perros, que consiguieron escapar de la zona en la que estaban retenidos.
En el juicio quedó probado que el acusado, Marinus Cornelis, de 48 años de edad y nacionalidad holandesa, tenía conocimiento pleno del enorme peligro de sus canes, mestizos de las razas pitbull y bullterrier. Por ello le acusaron de «no adoptar las medidas de seguridad tendentes a evitar la salida de los mismos de la propiedad donde habitaban».
De los cinco perros, solo uno contaba con la documentación necesaria, y ello pese a ser todos de raza catalogada como potencialmente peligrosa. Aún así, indicaron durante el proceso, el hombre «desoyó las obligaciones establecidas para la tenencia de dichos animales y no contaba con licencia ni seguro que le habilitara para ello».
Recordaron, además que durante la investigación también se comprobó que los animales no habían sido sometidos a los mínimos controles veterinarios y no se hallaban debidamente educados. Lo que evidenciaba, sentenciaron, una «absoluta dejación por parte del condenado de los deberes inherentes a su tenencia y cuidado».
El día del suceso, los animales atacaron con fuertes mordeduras a Sala, que se encontraba en su campo de naranjos de Beniarbeig. La víctima, de 76 años de edad, intentó por todos los medios zafarse de los animales, tal y como mostraban los vestigios observados en la zona. Pese a sus intentos, los canes, sin desistir en su salvaje ataque, le provocaron finalmente la muerte por shock hipovolémico. El acusado se encontraba, hasta ayer, en situación de prisión provisional desde el pasado 25 de mayo de 2017.
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