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Desde el día que aparecieron los cadáveres de las tres niñas de Alcàsser en enero de 1993, los hermanos de Antonio Anglés han sido detenidos varias veces por su implicación en diferentes delitos. Carlos M. M., el más pequeño de los miembros de la familia arrestados por la policía, ya fue apresado en 2000 por un robo, pero tiene menos antecedentes delictivos que sus hermanos mayores.
Los Anglés han sido compañeros de delito en numerosas ocasiones, en especial Mauricio y Roberto, quienes ya fueron acusados, junto a su hermano Antonio y Miguel Ricart, de un atraco perpetrado en una sucursal bancaria en Buñol en noviembre de 1992. En aquellos años, Mauricio era todavía menor de edad, pero ya comenzaba a seguir los pasos de sus hermanos. Roberto agredió a varios periodistas en la Audiencia de Valencia y el apellido Anglés estaba en boca de criminólogos, periodistas y jueces casi a diario. Roberto también fue condenado por un delito de tráfico de drogas, y extorsionó con Mauricio a un médico para que firmara más de 100 recetas en blanco con las que ellos consiguieron fármacos y psicotrópicos.
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