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Una conductora ebria dio con sus huesos en un calabozo tras ser detenida en la madrugada del viernes por cuadruplicar la tasa máxima de alcohol, huir de una patrulla de la Policía Local de Cheste y agredir a dos de los agentes que la arrestaron tras una corta persecución por varias calles de la localidad.
Los hechos se iniciaron sobre las dos de la madrugada del viernes, cuando una patrulla de la Policía Local de Cheste interceptó un vehículo que circulaba en zigzaz por una calle de la población con gran riesgo de causar un accidente. Tras cerrarle el paso con el coche patrulla, los agentes identificaron a la conductora del turismo y le realizaron una prueba de alcoholemia al comprobar que presentaba síntomas de embriaguez.
Cuando sopló en el etilómetro, la mujer cuadruplicó la tasa máxima de alcohol permitida para conducir, con un resultado de 1,10 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, por lo que un policía le quitó la llave del vehículo y la dejó en el capó para inmovilizar el coche. Desde los primeros momentos de la intervención policial, la conductora mostró una actitud desafiante y hostil hacia los agentes, que trataron de tranquilizarla, pero ella persistió en su comportamiento agresivo, cogió la llave, subió con rapidez al turismo y embistió al vehículo policial para huir por una calle en sentido contrario.
Tras una corta persecución, tres policías interceptaron otra vez el coche y detuvieron a la mujer, que ofreció una fuerte resistencia y propinó puñetazos y patadas a dos agentes. La conductora fue arrestada por los delitos contra la seguridad vial, desobediencia grave y atentado a un agente de la autoridad.
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