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JAVIER MARTÍNEZ
VALENCIA.
Miércoles, 20 de marzo 2019, 00:10
Dos individuos asaltaron una joyería en la localidad de Tavernes Blanques tras romper a mazazos el cristal del establecimiento y se apoderaron de una treintena de sortijas, alianzas y gargantillas valoradas en cerca de 20.000 euros. Los delincuentes actuaron con el rostro tapado y planearon muy bien el robo. El asalto tuvo lugar minutos antes de las 20 horas en la avenida de las Cortes Valencianas, junto a una tienda de petardos donde había cola para comprar.
El asalto se produjo hace alrededor de una semana. Los ladrones colocaron un artilugio con una ventosa y una cadena en la puerta de la joyería para evitar que las personas que había dentro pudieran salir para perseguirlos o pedir ayuda. También pusieron una bombona de butano en la guía de la persiana para bloquearla y no quedar encerrados en el establecimiento.
La encargada de la joyería pulsó el botón de la alarma y pocos minutos después llegaron varias patrullas de la Guardia Civil. La mujer estaba con sus dos hijos de tres y siete años, que se asustaron cuando escucharon los primeros golpes. También se encontraba en el establecimiento la abuela de los menores.
Los delincuentes cometieron el robo en pocos segundos y luego lograron eludir el cerco policial que formaron las patrullas de la Guardia Civil y la Policía Local desplazadas al lugar. Tras apoderarse de las sortijas, alianzas y gargantillas que había en dos bandejas, los delincuentes huyeron corriendo por la calle del Mar y dejaron en el lugar la maza, la bombona y la ventosa con la cadena.
La encargada del establecimiento, su madre y sus dos hijos permanecieron encerrados unos 15 minutos hasta que los agentes de la Guardia Civil retiraron y buscaron posibles huellas de los ladrones en el artilugio que bloqueaba la puerta.
«La Guardia Civil llegó muy pronto pero el robo fue muy rápido. Rompieron el cristal y vaciaron las dos bandejas del expositor en menos de un minuto», explicó la joyera en declaraciones a LAS PROVINCIAS. Según los testigos, los ladrones utilizaron una maza de grandes dimensiones para romper el escaparate. «Cuando escucharon los primeros golpes creían que estaban tirando petardos en la calle», afirma la propietaria de la joyería.
El comercio asaltado tiene un sistema de videovigilancia con tres cámaras que grabaron el robo. Los investigadores visionaron las grabaciones para tratar de identificar a los dos delincuentes y examinaron de forma minuciosa la bombona, la maza y la ventosa utilizada. Su objetivo fue localizar huellas que ayuden a la identificación.
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