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Resguardados en el baño. Tratando de escapar en un balcón de la finca. Con toallas colocadas bajo sus puertas. Encerrados en alguna habitación. Las diez víctimas mortales del incendio de la finca de Campanar no perecieron como consecuencia de las llamas. Sus cuerpos quedaron totalmente carbonizados y la Policía Científica y los cuatro equipos de forenses del Instituto de Medicina Legal que se han volcado con las autopsias combinan pruebas de ADN y la toma de huellas dactilares para identificar plenamente a los fallecidos. Pero los informes preliminares de las diez autopsias llevadas a cabo ya apuntan en una dirección: no murieron abrasados, sino víctimas de la inhalación de humo.
Es lo que habitualmente ocurre en una muerte por incendio. Las víctimas de estos siniestros rara vez perecen como consecuencia de las quemaduras. La asfixia acaba antes con sus vidas. El monóxido de carbono entra en su organismo, lo que provoca un desmayo y la posterior muerte por falta de oxígeno en la sangre.
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Tal y como han señalado fuentes jurídicas, la prueba forense que ha sido determinante ha sido la de la carboxihemoglobina. O lo que es lo mismo, la presencia de monóxido de carbono en la sangre de los fallecidos. La severa acción de las llamas sobre los cadáveres ha hecho que no en todos los casos se haya podido llevar a cabo este examen sobre las víctimas. Y toda autopsia tiene un informe preliminar y un posterior examen forense definitivo. En el caso de la tragedia de Campanar, las mismas fuentes señalan que el estado de los cuerpos no pemitirá llevar a cabo todas las habituales técnicas periciales. Pero la inhalación de humo se fija ya como la causa de la dramática muerte de los residentes en la devastada finca de la avenida Maestro Rodrigo.
Para la identificación plena de los fallecidos se ha instado a los familiares a facilitar una muestra de ADN. Esta toma genética ya se produjo en el Centro de Turismo (CdT) del Paseo de la Alameda en el que se ha establecido una especie de zona logística en la que atender a las familias, darles ayuda psicológica y prestarles asesoramiento y apoyo legal de cara al futuro.
La Policía Nacional última los análisis de ADN para cotejarlo con el de los fallecidos. Sólo cuando la identificación esté completa se dará el siguiente paso: que el juzgado de instrucción número 10 autorice a los familiares a disponer de los cuerpos para proceder a los sepelios. La juez aún puede decidir llevar a cabo alguna prueba complementaria con los cuerpos. Después, dará luz verde a los entierros.
No se espera que los funerales tengan lugar antes del próximo miércoles, o incluso más tarde. Queda también por determinar si se produce alguna ceremonia fúnebre oficial, algo para que lo será preferente la decisión que tomen las familias. Si estas quieren funerales en la intimidad, así se hará. De realizarse un funeral «de Estado», este podría contar con la presencia de la Casa Real. Cabe recordar que tras la tragedia del metro de Valencia, con 43 muertos, los Reyes de España (entonces Don Juan Carlos y Doña Sofía) asistieron al sepelio que tuvo lugar en la Catedral de Valencia.
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