Borrar
Guardias civiles y policías locales, el domingo, en la calle de Cheste donde tuvo lugar el crimen. Irene Marsilla
El autor del crimen de Cheste alega que tenía miedo de la víctima porque presumía de ser un sicario

El autor del crimen de Cheste alega que tenía miedo de la víctima porque presumía de ser un sicario

La madre del homicida convenció a su hijo para que se entregara a la Guardia Civil cuando le llamó por teléfono y le dijo que había matado a un hombre | Los investigadores toman declaración a un testigo de la muerte violenta

Javier Martínez

Valencia

Martes, 22 de octubre 2024, 01:37

El joven que mató de dos disparos a un hombre con el que había discutido la noche anterior alegó que tenía miedo a la víctima, un colombiano que presumía de ser un sicario en su país, y declaró que le quitó la pistola durante un forcejeo y luego le disparó. La Guardia Civil ha tomado ya declaración a un testigo del crimen cometido por Sergio P., de 19 años, en el rellano de un edificio de Cheste.

El homicida se encontraba con un amigo cuando sucedieron los hechos. Los dos jóvenes estaban consumiendo ketamina en el piso de Sergio, y recibieron la visita de José Andrés V., un colombiano con antecedentes delictivos que quería apaciguar los ánimos, al parecer, tras una pelea que tuvieron la noche anterior.

Según la versión del detenido, la pistola era de la víctima, él logró quitarle el arma durante un forcejeo y le disparó tres veces porque temía por su vida. Sin embargo, varios testimonios recogidos por los investigadores apuntan a que Sergio llevaba algunas veces una pistola «por su seguridad», porque estaba implicado en asuntos turbios.

Tras el tiroteo, el homicida y su amigo huyeron. La víctima estaba aún con vida pese a los disparos que recibió en la espalda y el abdomen. Sergio caminó sin rumbo y sin saber qué hacer. El testigo decidió acudir a la Guardia Civil para contar lo que había pasado.

Los rumores sobre la autoría del crimen e incluso una fotografía de la víctima en el rellano, con salpicaduras de sangre en las escaleras, se difundieron en grupos de WhatsApp, y el nombre del presunto asesino trascendió incluso antes de que fuera detenido por la Guardia Civil.

Sergio pensó en quitarse la vida y habló por teléfono con su madre, quien le quitó esa idea de la cabeza y le pidió que se entregara. Como ya informó LAS PROVINCIAS, el joven tiró la pistola en un campo junto a las vías del tren y regresó poco después a la escena del crimen. «¡He sido yo!, ¡he sido yo!», gritó a los agentes que buscaban el arma de fuego en una calle cercana. El homicida estaba drogado tras consumir ketamina, según dijo él mismo a los investigadores.

Los agentes del Grupo de Homicidios y del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil de Valencia registraron este lunes el domicilio del Sergio. Los agentes del instituto armado realizaron una minuciosa inspección en la vivienda y el rellano, recogieron restos se sangre y vestigios que incriminan al detenido y analizaron la trayectoria de los disparos que acabaron con la vida de la víctima.

Los guardias civiles realizaron el registro en presencia del homicida confeso, que entró en el edificio con el rostro cubierto. Los investigadores tratan de determinar si el ciudadano colombiano recibió los disparos durante un forcejeo, tal y como mantiene el detenido, o si fue rematado de un disparo en la espalda.

Los agentes hallaron tres casquillos en la escena del crimen, por lo que el homicida realizó tres disparos, aunque solo dos impactaron en el cuerpo de la víctima. También encontraron dos balas sin percutir en el suelo, lo que indicaría que la pistola se pudo encasquillar.

La Guardia Civil cree que la víctima acudió a la vivienda de Sergio para mediar, por lo que no llevaba la pistola, y no descarta que las desavenencias entre los dos hombres guarden relación con un asunto de drogas. José Andrés V. presumía de haber sido un sicario en Colombia y de dos heridas de bala que decía tener en su cuerpo, aunque fuentes policiales no confirmaron si los hechos son ciertos o eran palabras de un hombre que quería infundir miedo con bravuconadas.

Un vecino que vive en la misma finca llamó al 112 tras encontrar a la víctima junto a un charco de sangre en un rellano de las escaleras. Eran las 15:41 horas del domingo. El hombre todavía respiraba. Su vida pendía de un hilo.

Tras recibir el aviso del macabro hallazgo, varias patrullas de la Policía Local de Cheste y la Guardia Civil acudieron con urgencia al lugar. Los primeros agentes que llegaron al edificio, dos policías locales, creían al principio que el hombre había sufrido una caída accidental cuando bajaba las escaleras y se había desnucado, pero luego vieron un casquillo y una bala impactada. Los policías y el médico del centro de salud se afanaron en las maniobras de reanimación de la víctima, aunque no lograron recuperar sus constantes vitales.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias El autor del crimen de Cheste alega que tenía miedo de la víctima porque presumía de ser un sicario