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El accidente del castillo hinchable que el pasado mes de enero costó la vida a dos niñas en Mislata no es el único episodio lamentable que se produce en el municipio con una feria de por medio. Hace ahora cinco años, en abril de 2017, la caída de otro niño de ocho años desde lo alto de la atracción se saldó con el menor con una grave lesión. Por suerte, un final menos trágico que el que en enero costó la vida a dos niñas de cuatro y ocho años. Pero, de nuevo, con dos elementos en común: la falta de comprobación del Consistorio de las atracciones instaladas en el recinto y la presencia de la firma en la revisión anual del castillo siniestrado del ingeniero técnico industrial ahora investigado por la muerte de las dos pequeñas.
El siniestro se produjo en abril de 2017. El menor se hallaba saltando en un hinchable llamado 'Krusty' cuando su madre lo perdió de vista. El menor cayó desde una considerable altura. El encargado acabó dando con él tras el castillo y lo acompañó con su madre. El chaval iba agarrando el brazo. La progenitora observó que tenía la extremidad deformada y llamó a una ambulancia. Sufrió una grave fractura de codo, tuvo que se tratado en dos hospitales, ser operado, un año de rehabilitación y el temor de que le quedara afectada la movilidad del brazo.
La familia no se lo pensó y presentó una denuncia ante la Policía Nacional. Sobre todo cuando, al regresar al recinto ferial, la madre comprobó que seguían instaladas todas las atracciones, menos, curiosamente, el hinchable que había sido escenario del accidente. En la denuncia policial hizo constar esta circunstancia. La Policía Nacional dio traslado al juzgado de primera instancia e instrucción número uno de Mislata, pero el órgano judicial no tardó en archivar el caso al considerar que "no está justificada la perpetración del delito, con plena reserva de acciones civiles". Tampoco la presentación de una reclamación patrimonial de la familia ante el Ayuntamiento de Mislata ni ante el feriante y su seguro de responsabilidad civil lograron un resarcimiento económico.
El caso quedó en nada, pero de la documentación del caso consultada por LAS PROVINCIAS se desprenden dos similitudes inquietantes. La primera de ellas es una cierta omisión de la comprobación del despliegue de la feria por parte del Consistorio de Mislata. En el certificado de montaje expedido por los responsables del recinto ferial se pueden leer un sinfín de atracciones: camas elásticas, un globo hinchable, la 'araña loca', la 'voladora de cadenas', la caseta de tiro, la pesca de patos... así hasta 13 juegos infantiles, pero ni rastro del hinchable objeto del accidente. El Ayuntamiento aprobó el proyecto de la feria sin comprobar que en el lugar se había instalado el castillo, igual que en el siniestro mortal de Vera y Cayetana no comprobaron que la atracción de la tragedia se había colocado en un emplazamiento diferente al aprobado por los técnicos municipales.
La otra coincidencia es que la revisión anual del castillo en el que sufrió el accidente el niño de ocho años en 2017 está firmada por el mismo ingeniero técnico industrial de Alicante que ahora está siendo investigado por el juzgado de Mislata que indaga la muerte de las dos niñas. En este caso, el especialista firma la supuesta inspección sobre el terreno. Un informe de la Policía Nacional aporta dudas de que el ingeniero técnico industrial estuviera en Mislata cuando dice que examinó las atracciones, pues la triangulación del móvil señala que no se movió de Alicante.
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