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La casa asaltada en Font d'en Corts. Irene Marsilla
La banda que asalta a mayores vuelve a actuar y agrede y ata a una familia en Valencia

La banda que asalta a mayores vuelve a actuar y agrede y ata a una familia en Valencia

Los asaltantes empujaron al abuelo y pegaron a su yerno con una barra de hierro y lo amordazaron

Jueves, 22 de febrero 2024, 01:32

Todo indica a que la banda que se dedicaba a asaltar a ancianos en sus viviendas en la zona de la Punta, Pinedo y Castellar. Esta vez el atraco se ha producido en el barrio valenciano de Quatre Carreres, concretamente en una de las casa de la Font d'en Corts. Cuatro ladrones encapuchados entraron en la madrugada de este miércoles en una de las viviendas.

Se caracterizan por su extrema violencia. Lejos de cometer los robos de manera sigilosa, arrasan con todo. Entraron cerca de las 4 de la mañana. Primero, empujaron al abuelo de la familia que se levantó al escuchar el ruido. Lo estamparon contra la cama. Según relatan los vecinos de la zona, la víctima, de unos 80 años, se encontraba en un mal estado de salud. Hacía poco tiempo que le atropelló un autobús mientras iba con la bicicleta por la carretera. «¡Esto es lo último que nos faltaba!», chillaba desconsolado el hombre mientras los atracadores saqueaban todas sus pertenencias según han informado los residentes de las casas colindantes.

Pero los cuatro desalmados siguieron con su espiral de violencia. Acudieron a la habitación en la que dormía el yerno del matrimonio de ancianos. Él se llevó la peor parte. Le golpearon con una barra de hierro. Su rostro refleja el infierno por el que ha pasado. Sus ojos lucen cardenales morados. Numerosas heridas a lo largo de toda la cara. Un andar encorvado. El alma rota. Ha preferido no dar más detalles por miedo a que la investigación se viera perjudicada, pero en Font d'en Corts todos saben lo que sucedió en la madrugada de este miércoles.

Al hombre de unos 60 años lo amenazaron con una navaja para que les entregara todas sus pertenencias. Lo amordazaron. De manera sorpresiva. Sin dejarle lugar a defenderse. Actuando de madrugada mientras los ocupantes de la vivienda estaban durmiendo. Según las primeras indagaciones de los agentes, los asaltantes entraron al interior de la casa por el balcón, que tiene una altura pequeña y es de fácil acceso.

Todavía no han hecho recuento de todas las pertenencias de valor que les han robado. Recuerdos de toda una vida. Objetos comprados con mucho esfuerzo. «Se han llevado todo», lamentaba la mujer. La Policía Científica ha acudido al lugar de los hechos para tratar de buscar huellas y rastro de los delincuentes para darles arresto.

El crimen ha conmocionado al vecindario, que ahora se ha sumido en la inseguridad. El vecino de la puerta de al lado no teme decirlo: «Estamos aterrados». Es un hombre de unos 70 años. Padece cáncer. «Me he caído hace un rato y me ha costado muchísimo levantarme, imagínate si me dan una paliza para robarme, no saldría de esta», lamenta. No quiere dar su identidad por miedo a represalias. En los pasados crímenes en La Punta, Pinedo y Castellar la Policía sospechaba que los ladrones se escondían en la zona en la que robaban. Conocían el terreno. «Yo creo que deben ser de la zona seguro», asegura el vecino.

Sospechan que la casa que ha sido asaltada no ha sido escogida al azar. En una de las vallas cercanas a la vivienda había marcada una «A». La pintaron el pasado domingo. «La Policía nos ha dicho que suelen marcar las casas antes de entrar a robar. He estado investigando y cada una una significa una cosa. Si la casa está habitada, si no... o incluso si hay perros», dice la menor de la familia asaltada.

Las elucubraciones sobre quiénes serán los delincuentes inundan el vecindario. Todos se han quedado perplejos por la extrema violencia con la que han realizado el atraco. «Han ido a hacer daño. Otra cosa es que entraran sigilosamente pero los han despertado de una paliza», comenta el vecino. El hombre se gana la vida como labrador. No gana demasiado como para poder permitirse reforzar la seguridad de su hogar. Más allá de estar preocupado porque le roben sus pertenencias, teme por su vida al ver el modus operandi que emplean estos asaltantes.

En la otra vivienda colindante a la casa asaltada ya han tomado medidas. A primera hora de la mañana se ha personado una empresa de seguridad. Temerosos de convertirse en nuevas víctimas del grupo de atracadores. La dueña de la vivienda a penas podía articular palabra. «No hemos pegado ojo en toda la noche». Mientras hablaba, le temblaban las manos. En Font d'en Corts todos se conocen. Son «vecinos de toda la vida». La mayoría de ellos, personas de avanzada edad.

Al ser una zona de huerta, estaban acostumbrados a que se colara gente en sus campos a robarles las frutas o las sandías que cultivaban. «Evidentemente te daba rabia que se llevaran lo que has sembrado pero nada es comparable con que actúen con tanta violencia y sin humanidad», opina otro residente.

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