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La banda de ladrones encapuchados que asalta a ancianos en sus casas en las pedanías del sur de Valencia mantiene en jaque a la Policía y la Guardia Civil desde hace tres meses. La violencia que emplean los delincuentes, que maniatan y golpean a personas ... mayores que apenas ofrecen resistencia, ha causado una gran alarma entre los vecinos y agricultores de la zona.
Algunos de ellos han instalado sistemas de alarma en sus hogares en las últimas semanas, otros se han trasladado a vivir a casas de familiares o han puesto a la venta sus propiedades. «Esto nunca había pasado. La Policía hace más controles por la noche, pero cada cierto tiempo roban en una casa», afirma una vecina de Pinedo. «Son los mismos: tres o cuatro encapuchados muy violentos. Una cosa es que roben y otra que te den una paliza. Son muy mala gente, muy crueles... Vivimos con miedo. El otro día golpearon a un anciano en la cabeza con una azada. Esto es un sinvivir. Te despiertas por la noche por cualquier ruido y ya no te puedes dormir», añade la mujer con el rostro cariacontecido.
Tras la oleada de robos, la Policía ha aumentado la vigilancia en las pedanías. De hecho, agentes de la Unidad de Seguridad, Apoyo y Prevención (USAP) de la Policía Local de Valencia detuvieron el viernes por la noche a tres menores que agredieron y robaron a un vecino de La Punta. Tras romper la puerta de su casa en el Camí Nou de Salinar, el grupo golpeó a la víctima en la cara y le robó el móvil, la cartera y la documentación.
Una patrulla policial logró detener a los tres ladrones en un descampado cercano. El grupo que cometió el robo estaba formado por cinco menores. Los policías identificaron a otro de los ladrones, pero no lo detuvieron al ser inimputable por tener menos de 14 años.
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Los tres menores detenidos por la Policía Local no están implicados en los últimos robos cometidos en la zona por una banda de violentos ladrones encapuchados. En la mayoría de los asaltos que los investigadores policiales atribuyen a este grupo de delincuentes, las víctimas fueron golpeadas, atadas o amenazadas con cuchillos.
Los ladrones también amordazaron a varios ancianos para que no pidieran auxilio. «Hasta que no los detengan no pienso volver. Ahora estoy durmiendo en casa de mi hijo», asegura Vicente R., propietario de una alquería en La Punta.
Otro vecino de pedanía duerme con la escopeta de caza bajo su cama. «Si alguien entra en mi casa para pegarme tengo derecho a defenderme. ¿Quién me lo va a impedir? Ellos van armados, pues yo también», dice con el ceño fruncido.
Visten ropa oscura, trepan como los gatos y fuerzan ventanas o se cuelan en las casas por los tejados. Despiertan a golpes a sus víctimas para robarles dinero, joyas y hasta una dentadura con una pieza de oro, como hicieron en uno de los primeros robos que cometieron en una vivienda de Castellar.
Luego escapan campo a través, saltan acequias y corren por caminos hasta que desaparecen en la oscuridad de la noche. Así actúa la banda de ladrones encapuchados. Los investigadores y los vecinos creen que huyen a pie o en bicicleta en vez de utilizar un coche o furgoneta, porque de esta manera evitan los controles que realiza la Policía y la Guardia Civil en las rotondas de Pinedo y La Punta. Algunas de las víctimas necesitaron atención medica debido a los golpes que recibieron.
La mayoría de los robos fueron planeados tras vigilar varias noches o días a los moradores. Los asaltantes conocían los horarios y las rutinas de las víctimas. Esperaron a que salieran de casa de madrugada para trabajar o eligieron el momento que abre la puerta a primera hora de la mañana. Esto último sucedió el pasado 20 de marzo. Tres individuos irrumpieron en la casa de una anciana en Castellar tras empujarla y tirarla al suelo.
El asalto tuvo lugar sobre las ocho de la mañana. Los ladrones agredieron a la mujer y su marido, que recibió un golpe en la cabeza con una azada, para robar un escaso botín en dinero y joyas. Uno de los individuos iba armado con un palo. El otro amenazó al matrimonio con una pistola, al parecer simulada.
Tras recibir el aviso del robo, un agente de la Policía Local y una patrulla de la Guardia Civil de Alfafar acudieron con urgencia al lugar. Los ancianos necesitaron atención médica y fueron trasladados al Hospital Doctor Peset de Valencia.
La banda ha cometido una decena de asaltos en los últimos tres meses en las afueras de la ciudad de Valencia, en las demarcaciones de la Policía Nacional y la Guardia Civil, por lo que ambos cuerpos han aumentado los controles en la zona. Sin embargo, los delincuentes parece que conocen el terreno. Esto explicaría la facilidad y rapidez con la que eluden los cercos policiales.
Las ubicaciones de los robos en Castellar, La Punta y Pinedo se encuentran dentro de un mapa circular, un área que los investigadores han peinado en las últimas semanas en busca de los ladrones. La Policía sospecha que los violentos individuos podrían ocultarse y vivir en alguna de las pedanías donde delinquen.
Los vecinos también creen posible esta hipótesis y miran con recelo a okupas y clanes que malviven en casas abandonadas y asentamientos chabolistas. Algunos de los sospechosos tienen antecedentes policiales por robos y han causado problemas de convivencia.
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