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Javier Martínez
Valencia
Miércoles, 22 de mayo 2024, 09:19
Una banda de traficantes de droga ha desembarcado esta pasada madrugada un alijo de hachís en la playa del Brosquil en Cullera, al sur de la gola de l'Estany, tras burlar los radares del Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE).
La zona donde se ... produjo el desembarco está rodeada de huertos de naranjos y limita con la playa de Tavernes de la Valldigna. Los alijadores estaban esperando en la costa con tres furgonetas y actuaron con gran rapidez.
Los hechos sucedieron sobre las cuatro y media de la madrugada. Cuando las primeras patrullas de la Guardia Civil llegaron a la playa ya no había nadie. Sólo algunas pisadas y surcos por el arrastre de los fardos indicaban el lugar donde habían descargado el alijo.
Tras el desembarco de la droga, la planeadora huyó hacia el este y los individuos que estaban esperando en la orilla escaparon por un camino con los tres vehículos cargados de fardos de hachís.
El Centro Operativo de Servicios (COS) de la Guardia Civil de Valencia montó un operativo urgente con todas las patrullas que se encontraban en la zona y otras poblaciones cercanas, pero los alijadores lograron eludir el cerco policial.
En la zona del Brosquil y la playa de Les Basses han desembarcado varios alijos de hachís en los últimos años, e incluso una banda enterró un contenedor en la arena en 2010 para ocultar los fardos de hachís y las garrafas con combustible para las narcolanchas.
El alijo de droga permanecía escondido en el zulo varios días y los traficantes regresaban para recoger los fardos de hachís cuando ya no veían patrullas de la Guardia Civil en la zona.
En otras ocasiones no hacía falta utilizar el zulo. Cargaban la droga en una furgoneta y la ocultaban esa misma noche en un almacén de la banda. Antes de alijar en la playa, los delincuentes se aseguraban de que no había controles policiales en las rotondas de Tavernes de la Valldigna y Cullera.
El cajón metálico estuvo mucho tiempo enterrado a escasos metros del mar en la playa de Les Basses, en el límite de los términos de Cullera y Tavernes de la Valldigna. El habitáculo era similar a un contenedor de mercancía portuaria, pero con unas dimensiones más pequeñas. Un vecino que paseaba por las dunas descubrió el zulo en 2010 después de que los traficantes dejaran abierta la trampilla tras un desembarco fallido de droga.
El 16 de enero de 2009, la Agencia Tributaria se incautó de un alijo de 3.300 kilos de hachís en la playa del Brosquil; y el 18 de agosto de 2008, la Guardia Civil intervino otros 1.800 kilogramos de hachís en una embarcación de recreo en el puerto deportivo de Cullera.
Y hace poco más de dos años, el 14 de marzo de 2022, la Guardia Civil detuvo a dos tripulantes de una narcolancha que transportaba 1154 garrafas de combustible. Una patrullera del Servicio Marítimo de la Guardia Civil interceptó la planeadora en aguas de Cullera.
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