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J. A. MARRAHÍ/J. MARTÍNEZ
Lunes, 3 de diciembre 2018
Unos destrozos descomunales y cristales proyectados a unos diez metros de distancia. «Como si hubieran puesto una bomba», compara un vecino de Camporrobles. Este fue el escenario con el que se encontraron el sábado por la mañana los vecinos de la localidad del interior de Valencia. La entrada de su único banco, una sucursal de Cajamar, hecha trizas por el asalto de una banda de ladrones que se apoderó del cajero automático.
Los hechos ocurrieron en torno a las cuatro de la madrugada, en la avenida de la Purísima de la pequeña localidad de unos 1.200 habitantes. Fuentes de la Guardia Civil confirmaron la sustracción del expendedor de dinero, pero no pudo concretar si los autores del aparatoso robo emplearon explosivos u otro tipo de sistema como gas que también ha sido usado en otras ocasiones en la voladura de cajeros automáticos.
Según fuentes de la emisora local RM Noticias, el asalto de Camporrobles ha obligado a los vecinos a desplazarse fuera del pueblo para sacar dinero. El estallido lanzó cristales a gran distancia, pero no causó víctimas por tratarse de una hora de la madrugada en la que no había nadie en la calle. En estos robos, los maleantes suelen desencajar el cajero para llevarse el depósito de dinero y forzarlo con posterioridad en otro lugar sin necesidad de perder tiempo y exponerse a que les intercepten las fuerzas de seguridad.
El asalto de Camporrobles guarda una enorme similitud con el que sufrió otra sucursal bancaria de La Ribera a finales de octubre. En esta ocasión, los hechos se produjeron en Gavarda, sobre la una y media de la madrugada de un lunes. La mayoría de vecinos dormía cuando la fuerte explosión sobresaltó a los residentes. Al igual que en Camporrobles, la entidad que sufrió el ataque es la única oficina bancaria de la población y los delincuentes lograron un botín superior a los 15.000 euros tras reventar el cajero automático.
La entidad quedó muy dañada y también tuvo que cerrar varios días para realizar las reparaciones. Los agentes de la Guardia Civil recogieron los restos del cajero esparcidos para determinar si utilizaron material explosivo.
Hace dos semanas, la Policía Nacional desmanteló un grupo de ladrones itinerante que se movía por toda España y volaba cajeros con explosivos. A los cuatro delincuentes les imputan nueve robos con este procedimiento, pero ninguno de ellos en la Comunitat. Les intervinieron material pirotécnico, drogas y dinero en metálico.
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