Un agente de la Policía Nacional de Valencia, Ruymán Díaz, reanimó a un bebé de dos meses que sufrió una parada cardiorrespiratoria en el barrio de Ruzafa. Los hechos ocurrieron el domingo por la tarde después de que la madre administrara un medicamento en gotas a su hijo porque estaba enfermo.
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Tras recibir el aviso de que un bebé se encontraba inconsciente en la calle Cuba, una patrulla del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC) de la Policía Nacional acudió con urgencia y llegó al lugar antes que el médico. Mientras Ruymán realizaba el masaje cardíaco con dos dedos al bebé, su compañero de patrulla, el agente Juan José Jiménez, hablaba por teléfono con una operadora del 112 y un médico del Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU). También tranquilizó a los padres.
El niño comenzó a llorar tras las primeras maniobras de reanimación que hizo el policía, pero a los pocos segundos dejó de respirar otra vez, por lo que el agente volvió a realizarle las compresiones torácicas de forma suave y el bebé recuperó el llanto. Unos 20 minutos después llegó el vehículo sanitario que trasladó al niño al Hospital Doctor Peset.
Los agentes que auxiliaron al menor abrieron camino con el coche patrulla para que el vehículo de la Conselleria de Sanidad, que no era una ambulancia, llegara lo más rápido posible al centro hospitalario.
Mientras Ruymán reanimaba al bebé en plena calle, su compañero de patrulla apartaba a los padres y a varios viandantes «para mantener un espacio de seguridad», según informaron hoy fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Valencia. Los familiares del niño y los vecinos estaban muy alterados porque temían por la vida del pequeño.
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La madre del bebé agradeció a los dos agentes el auxilio que le prestaron. El policía tinerfeño Ruymán Díaz ya salvó a un hombre que se estaba ahogando en la playa de Cullera en el verano de 2014. Tras oír los gritos del bañista, el agente se adentró en el mar y logró rescatarlo con gran dificultad debido al fuerte oleaje. Estaba fuera de servicio en esos momentos y no había socorristas en la playa.
Hace unos días, Ruymán explicó a su cuñado las maniobras que debía realizar a un sobrino recién nacido en el caso de que sufriera una parada cardiorrespiratoria. «He realizado varios cursos sobre primeros auxilios y reanimación cardiopulmonar, porque muchas veces tenemos que asistir a víctimas mientras esperamos la llegada de la ambulancia», explica el policía.
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«Salvar a un bebé o reanimar a un anciano que ha sufrido un ataque al corazón causa mucha satisfacción. Auxiliar a los ciudadanos es tan importante como evitar los delitos, y cada vez somos más los policías que tenemos conocimientos sanitarios», añade Ruymán.
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