En pocos días la Guardia Civil concluirá con uno de sus trabajos más tortuosos y complicados de los últimos meses: buscar en el vertedero de Dos Aguas los posibles restos de Marta Calvo, la joven de 25 años originaria de Estivella y fallecida presuntamente a manos del hombre con el que se citó en Manuel, el narcotraficante colombiano Jorge Ignacio P. J. y desaparecida desde entonces.
Como ha venido informando este diario, Jorge Ignacio aseguró que la joven murió tras consumir gran cantidad de cocaína y luego, en lugar de dar la voz de alarma o pedir ayuda médica, optó por descuartizar el cuerpo de la víctima para esparcirlo en bolsas en contenedores de Alzira y Silla. El presunto homicida declaró que Marta habría tomado la droga de forma voluntaria, pero los investigadores creen que el detenido provocó la intoxicación mortal al introducirle pequeñas piedras de cocaína en los genitales de la víctima sin su consentimiento.
Sin embargo, su testimonio se desmorona. Ni en los contenedores ni en el vertedero ha aparecido rastro alguno de Marta. Y eso a pesar de la inmensa labor de la Guardia Civil y trabajadores contratados por la empresa para llevar a cabo la tarea durante los últimos ocho meses. En ese tiempo no se ha hallado ningun resto a pesar de removerse 9.000 toneladas de basura repartidas en 16.000 metros cúbicos.
Ante esta situación, la familia de Marta lo tiene claro: «Siempre hemos pensado que ella no estaba en el vertedero. La búsqueda está resultando infructuosa porque este criminal no se deshizo de la víctima de la manera en que ha dicho desde el principio«. La Guardia Civil dará ahora peso a otras líneas de investigación en la incesante búsqueda de restos de la víctima, algo clave para sustentar de manera fehaciente ante un tribunal que fue realmente lo que sucedió aquel fatídico 7 de noviembre de 2019 en Manuel.
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